Difícil que pase, pero si el Muñeco se relaja antes de un partido por el torneo en casa con Talleres puede llegar a entenderse, con tanto estrés vivido y tanto por vivir. Pero es una picardía que los que habitualmente ven los partidos de afuera desperdicien estas oportunidades. Hace tiempo no se ve una actuación de River tan mala. Pero mala con ganas, eh. Como para decir, muchachos, ni sueñen con pelear el torneo porque si faltan los titulares somos boleta. Jugando al trotecito no se puede jugar al fútbol. Caminar puede caminar Messi y si gana, porque si no, ni Messi. River es perfil bajo, humildad, laburo, dinámica, pase al compañero, ataque y guardia alta. En estos años, hemos perdido, como pierden todos los equipos. Pero pocas veces jugamos tan mal, nos dominaron tanto, dimos una imagen tan desteñida. Porque jugamos con suplentes, es cierto, pero no le podemos decirle suplente a un equipo con Armani, Enzo Pérez, Pinola, Paulo Díaz, Zuculini, Pratto, Scocco… Suplentes las pelotas. Jugamos pésimo y punto. Perdimos en casa justo antes del Superclásico, esos puntos importantes que a fin de temporada pueden sentirse. Ojo, perder se puede perder, cómo no. Pero, ¿así?
Prácticamente no pateamos al arco, no ganamos divididas, fuimos superados en todos los sectores de la cancha. Bajísimos los creativos (Ferreira y Carrascal intrascendentes), claramente fuera de ritmo Pratto, quedó aislado Scocco y no tuvimos argumentos para atacar ni fuimos sólidos para defender. Nos salvó Armani hasta que nos metieron un golazo que incluyó cierto lujo/gaste en el último toque. En fin, son esos partidos que mejor olvidar pronto, con nada para rescatar. Seguramente el jueves y el domingo seremos otro equipo, pero no sólo por los nombres. Asunción está preparando el clima para que sea una guerra y tendremos que tener la presencia a tope. Será el partido más importante de la semana, sin dudas. En fin, amigos. Felicitemos al rival que nos ganó bien y ojalá aprendamos para la próxima.