La Selección femenina de básquet no pudo disputar su partido frente a Colombia porque se presentaron con la indumentaria equivocada. Le dieron por perdido el encuentro por “negligencia logística” y se quedó sin chances de medallas.
Pese a que la Selección femenina de básquet salió a la cancha en Lima y hasta entonó las estrofas del Himno Nacional, el partido frente a Colombia, el segundo compromiso de la fase de grupos de los Juegos Panamericanos, no se pudo jugar por un insólito y doloroso motivo. Las Gigantes debían presentarse a disputar el encuentro con la camiseta blanca. Sin embargo, por error, llegaron al estadio con la azul, el mismo color que la que tenía que usar Colombia.
Por este motivo, inicialmente decidieron demorar el partido, para darle tiempo a la delegación Argentina para que fuera a buscar las camisetas correctas a la Villa Olímpica. Pero, las distancias a recorrer, sumado al tránsito habitual de Lima, hicieron que la demora excediera los 15 minutos que permite el reglamento. Así, pese a que las camisetas blancas llegaron al estadio, Colombia se negó a disputar el compromiso, y una hora más tarde se decidió darle por ganado el partido 20-0.
Para las Gigantes el encuentro frente a Colombia era clave. Tras las derrota frente a Estados Unidos en el debut, donde dejaron una buena imagen, necesitaban ganar este partido para acercarse a las semifinales y, posteriormente, llegar a un podio, el gran objetivo del equipo. Sin embargo, al darle por perdido el partido, ya no tienen chances de pasar de ronda para ir en busca de una medalla.
Tras confirmarse la decisión, el jefe de equipo, Hernán Amaya, y la Directora de Desarrollo del básquet femenino, Karina Rodríguez, presentaron la renuncia a sus respectivos cargos.
