Boca terminó con Tevez, Zárate, Wanchope, Hurtado y Salvio en cancha y aún así no pudo contra Huracán, que tuvo sus chances en el primer tiempo. Andrada y Antony Silva respondieron cuando fueron exigidos y todo quedó como al comienzo. De Rossi vio el final desde el túnel.
Puso todo. No había más. Tevez, Zárate, Hurtado, Salvio, hasta Wanchope Ábila. Todos terminaron adentro, y aún así a Boca no le alcanzó para romper el cero. Huracán se le plantó y le jugó de contra en la primera mitad, cuando tuvo las mejores situaciones, y después aguantó como pudo, ya disminuído desde lo físico.
Lo mejor de Boca se vio en esos minutos finales en los que pudo haber quebrado la valla de Antony Silva, quien tuvo que revolcarse para evitar que el Apache se la mandara a guardar con dos remates de media distancia, uno después de que Salvio desbordara por la derecha y se la tocara atrás para que le diera al arco. Pero el capitán no la agarró del todo bien y eso ayudó a que el arquero del Globo la sacara a un costado. El rebote le quedó a Zárate: alto y afuera.
Antes lo había tenido Hurtado, quien dejó una buena imagen en su primer partido como titular. Lamentablemente para él y Boca no pudo darle la dirección deseada a esa pelota que le quedó casi de carambola cuando promediaba el segundo tiempo.
El punto, puntazo para el Globo, encuentra mayor valor cuando se repasa lo que ocurrió en los 45′ iniciales, donde Andrada se convirtió en figura al ahogarle el grito a Garro primero, a Rodrigo Gómez después y por último al Negro Chávez, que estuvo a punto de cumplir con la ley del ex.
Claro que en Boca puede haber jugado un papel importante la cabeza, puesta en el duelo del miércoles que viene contra Athletico Paranaense por la revancha de los octavos de la Copa Libertadores, luego del 1-0 a favor que se trajo de Brasil. Pero se esperaba un poco más que un increíble cero.
