Boca se plantó en Brasil, sacó ventaja con un gol de Alexis Mac Allister, el VAR lo perjudicó con un penal absurdo pero Ruben pateó el penal al palo en el descuento. ¡Triunfazo Xeneize!
Ni la cancha, ni el rival afilado, ni el equipo a medio formar. Boca aguantó los trapos, hizo un planteo duro desde la cabeza y el convencimiento, lo jugó para ganar al principio, y cuando estaba en plena etapa del aguante encontró un gol que, es justo decirlo, jamás se resignó a buscar pese a que cuando Alexis Mac Allister dibujó esa carambola por arriba de Santos, el 0-0 tenía un sabor delicioso en La Boca…
Pero el Xeneize construyó esta victoria valiosísima desde una estructura férrea (mental, física, táctica) que fue encerrando al Paranaense en una telaraña difícil de resolver. Alfaro diseñó muy bien los cómo, los cuándo y los dónde, y los futbolistas lo interpretaron casi a la perfección. Boca salió con un esquema conservador en los papeles, pero desde ahí supo transformar situaciones defensivas en ataques: desde una salida rápida desde el fondo (Marcone en la contra que terminó en el primer mano a mano de Wanchope) o desde la presión alta que ejerció en momentos puntuales (así fue el pase de Mac Allister que Ábila desperdició en el pecho de Santos), porque la idea siempre fue no enamorarse de la trinchera.
Claro, el riesgo era cuando Paranaense superaba la primera línea de presión, y desde ahí podía construir rápidamente una situación de ataque profundo. Lo bueno del planteo de Alfaro es que poco a poco fue tapando los huecos de los costados, ajustando la presión en el medio (bien Marcone y Capaldo en eso) y no se quedó solamente en el rompimiento. Supo por momentos utilizar la pelota a su favor, ayudado por la vocación de servicio de Nández (jugó como si recién lo hubieran comprado, no como si recién lo hubieran vendido) para mostrarse como opción en ofensiva, y por la capacidad conductiva de Alexis. Una lástima las tres chances claritas de Boca (las dos de Wanchope, imperdonable en estas instancias) y un tiro libre de Mac Allister que ninguno de los cuatro jugadores de Boca llegaron a soplar…
El plan inicial duró una hora. Entre las amarillas que se acumularon y el cansancio, Boca se enamoró de la trinchera y el contragolpe. Y ahí sí Paranaense tuvo comodidad para elaborar a partir de sus laterales (Jonathan y Azevedo), pero era un dominio territorial que terminaba casi siempre en los cierres quirúrgicos de Goltz.
Entonces, Alfaro decidió renovar la delantera (con Hurtado y Tevez) cuando parecía que había que retocar el medio. Como fuere, el golazo (por lo valioso) de Mac Allister desató el drama. Por las contras que tuvo para liquidarlo, por el insólito cierre de Mas que derivó en un penal de la realidad paralela en que se transformó el VAR, y el palo salvador del tiro de Ruben evitó lo que era un escándalo, uno más y van…
Queda una serie abierta, que el Xeneize superará si gana o empata en la Bombonera (si pierde 1-0 habrá penales), pero surge un resultadazo para un Boca que vuelve mejor de lo que se fue…