La ciudad de Corrientes honró ayer con diversos actos litúrgicos a San Juan Bautista, su santo patrono. En la parroquia ubicada en el barrio Aldana, el arzobispo de Corrientes, Andrés Stanovnik, celebró la misa central. Durante su homilía, hizo hincapié en las costumbres arraigadas con esta festividad en particular.
“Muy unida a esta fiesta litúrgica, tenemos algunas tradiciones que se conservan y celebran con mucho entusiasmo y una gran concurrencia de fieles. Me refiero concretamente a las luminarias, la quema del muñeco y al Tatá Yehasá. Estos rituales, a los que recurrimos año tras año, están profundamente vinculados a la fuerza que tiene la vida sobre la muerte. El muñeco, que representa la no vida, lo quemamos porque no nos sentimos identificados con él”, puntualizó el pastor.
“También el ritual del Tatá Yehasá es una acción valiente y arriesgada que desafía el peligro de caminar sobre las brasas, festejándose con gran satisfacción cuando el que las cruza sale airoso. Audacia y fervor se necesitan para enfrentar la adversidad; santo es el que, unido a Jesús, no teme arriesgar su vida para salvar la de otros, con la profunda convicción que, por ese camino, salva también la suya”, señaló.
“En períodos de crisis, las personas sabias recurren a la memoria. La memoria nos esclarece la mente para recordar cuáles fueron los valores que nos fortalecieron para subsistir y progresar como pueblo y no perecer en el camino. Esos valores, que sostienen el estilo de vida cristiana y católica, los reconocemos y expresamos en las verdades del credo”, dijo además Stanovnik.
Al término de la santa misa, decenas de feligreses participaron de una procesión de antorchas por las calle adyacentes a la parroquia. La Orquesta Filarmónica Estudiantil de la Provincia le ponía música al cierre de la gran fiesta del santo patrono de Corrientes.
Cabe recordar que los actos centrales en honor a San Juan comenzaron el domingo. Alrededor de las 21, se realizó una caravana de bocinas por varias arterias principales de la zona.
Después fue el tiempo en que distintos grupos musicales y de danzas formaran parte del festival folclórico musical. Al filo de la medianoche, decenas de fuegos artificiales surcaron la noche en honor al santo. A posteriori, se realizó el tradicional Tatá Yehasá y la quema de muñecos, cuya confección estuvo a cargo de alumnos de catequesis.
También se sumaron alumnos de la Escuela Ángela Llano, quienes de esta manera fueron parte de esta gran fiesta religiosa.