Y Boca va. Campeón de la Supercopa Argentina, en octavos de final de la Libertadores, en dieciseisavos de la Copa Argentina y ahora en cuartos de la Copa de la Superliga. Un Boca implacable, que se sacó de encima cualquier resaca por el título reciente en apenas cinco minutos.
Después de la vuelta olímpica previa, Wanchope Abila estuvo donde tenía que estar para meter el cabezazo de Almendra. Con esa rápida ventaja que agrandó el resultado que había traído del Malvinas Argentinas, dominó a Godoy Cruz hasta que la lluvia emparejó la evidente diferencia entre ambos equipos. Los dos con varios suplentes por sus compromisos de Copa, ahí también quedaron al desnudo las inmensas distancias.
Tras el parate de más de media hora por la lluvia, los mendocinos dispusieron de su rato medianamente favorable, aunque no lograron quebrar a Andrada y sucumbieron ante la firmeza de Izquierdoz. Ya sin lluvia y con menos agua en el campo de juego, Boca liquidó definitivamente la serie con una muy buena jugada por la derecha que terminó con el centro de Pavón y definición de Wanchope Abila para el segundo gol.
Y por si hacía falta algo más luego del descuento de Prieto y algún susto que desbarató de nuevo Andrada, Mauro Zárate -pura viveza, pegada y categoría– convirtió de tiro libre el tercer gol…
Así, con el ánimo muy arriba y todos sus jugadores con ritmo de competencia, Boca buscará cerrar el grupo de la Copa ante Paranaense de la mejor manera y después irá por la semi de esta Copa de la Superliga probablemente ante Vélez, si este lunes sella su pase ante Lanús. Un Boca implacable, efectivo… Un Boca de Alfaro que va por todo.