La región NEA aportó el 30% de las 23 mil personas movilizadas por la guerra de Malvinas, y el 20% de los caídos en combate, soldados muy jóvenes que en su mayoría antes ni siquiera habían salidos de sus pueblos.
En el marco del 2 de abril, “Día del Veterano y de los Caídos en la guerra de Malvinas”, el Doctor en Ciencias Sociales, Daniel Chao, del Instituto de Investigaciones Geohistóricas (UNNE-CONICET), se refirió al conflicto, el cual estuvo dominado por “la improvisación y desprotección”. “Malvinas debe ser un llamado al nunca más a las guerras”.
De golpe, sin haber salido nunca de sus pueblos o a lo sumo conocer pueblos aledaños, muchos soldados de la región nordeste se encontraron subidos a un avión, o a un barco, y en una geografía totalmente distinta, Malvinas, sin entrenamiento, con grados de planificación cero.
Ello, ese “cóctel” de improvisación, juventud y no tener dimensión del lugar a donde iban, impactó en el territorio de combate pero también en el después de la guerra, en el regreso, en el recuerdo.
Así grafica lo que ocurrió en Malvinas el Doctor Chao, investigador del Instituto de Investigaciones Geohistóricas “IIGHI” (UNNE-CONICET) y docente de la carrera de Comunicación Social de la Facultad de Humanidades de la UNNE, quien hace diez años estudia sobre el conflicto bélico. En especial refiere al significado de la guerra para la región Nordeste.
La guerra de Malvinas movilizó alrededor de las 23 mil personas, de las cuales algo más de 13 mil estuvieron en las islas combatiendo y el resto estuvo en el sur del continente. De esa totalidad, casi el 30% de los soldados movilizados fueron del NEA, principalmente de Chaco y Corrientes, teniendo en cuenta que la región NEA no excede el 10% de la población nacional.
En tanto, alrededor del 20% de los caídos en combate también fueron de esta región del país.
“La incidencia de los soldados de la región en Malvinas fue muy fuerte, lo cual tiene explicaciones estratégicas, así como también relacionadas al grado de improvisación e imprevisión que tuvo la guerra” sostiene el investigador, cuyas apreciaciones se sustentan en el resultado de su tesis doctoral, denominada “Problematización y gobierno de los veteranos de la guerra de Malvinas. Estado nacional, intervención política y gubernamentalidad (1984-2017)”.
Agrega que la figura del veterano de guerra se construyó desde un tono marginal, y si a eso se le suma la lucha que tuvieron que encarar desde 1982 para lograr algunos de sus derechos adquiridos, “ello hace un cóctel importante, razón por la cual la guerra Malvinas como figura en la región es bastante fuerte”. Y además debe tenerse en cuenta que Malvinas geográficamente está muy alejado del NEA y “eso sufrieron los soldados en su cuerpo”.
“El impacto social y cultural de la guerra para el NEA tiene que ver con todas estas cuestiones: número de soldados, luchas, marginalidad y juventud”.
Corrientes movilizó por la guerra casi la totalidad de los regimientos y batallones de la provincia, ubicados en Paso de los Libres, Curuzú Cuatiá, Mercedes y otras delegaciones.
“La razón de esto se vinculada directamente con la improvisación del planeamiento militar la guerra” señaló Chao y agrega que “uno se puede preguntar por qué no movilizaron las bases apostadas en el sur o cercana a la cordillera”.
La respuesta, según prosigue, es que cuando los militares decidieron intervenir sobre las islas ni siquiera previeron la posibilidad de una guerra, y el grado de movilización se activó cuando se dieron cuenta que los británicos se tomaron en serio la intervención argentina.
A la par Argentina estaba en un litigio de soberanía con Chile y se decidió no movilizar las tropas del sur que estaban geográfica y culturalmente acostumbradas al frío, por lo que decidieron movilizar el resto de las tropas, la mayoría del conurbano bonaerense y la región NEA.
Respecto a la juventud que caracteriza al tema Malvinas, comentó que muchos de los soldados no conocían más allá de sus pueblos. Y si bien en muchos de ellos estaba arraigado el deseo de servir a la patria, fueron obligados a ir de manera imprevista.
De las tropas argentinas, la mitad de los que estuvieron en Malvinas eran soldados profesionales y la otra mitad eran quienes estaban en el servicio militar, muy jóvenes o soldados de reserva.
De ese grupo diverso de sujetos, por ejemplo, en Corrientes casi la totalidad eran los que estaban cumpliendo el servicio militar, eran jóvenes de 19 y 20 años. Las clases movilizadas fueron la 62` (reserva) y 63` (en ese momento, cumpliendo el Servicio Militar Obligatorio).
“De golpe, sin haber salido nunca de sus pueblos o pueblos aledaños, se encontraron subidos a un avión, o a un barco, en una geografía totalmente distinta, sin entrenamiento, con grados de planificación cero, con todo lo que esta guerra implicó” sostuvo.
“A la juventud de los soldados, le agregaría el desconocimiento total de donde se estaba metiendo” remarca.
“Ese cúmulo de cuestiones de esta guerra hacen que hoy Malvinas tengan un peso tan fuerte simbólico en el NEA” considera.
Para Chao, ello además impactó en la manera en que los combatientes volvieron de Malvinas, y teniendo en cuenta además lo volátil que fue el recuerdo de la guerra tras su fin.
“Hoy la guerra es recordada con mucho loas y cariño y amor, y en su momento también fue así el regreso”. Cuando volvieron a sus pueblos muchos soldados fueron aplaudidos, festejados, lo fueron a recibir a las estaciones de trenes, pero el movimiento de la memoria, los grados de protección, todo lo que vino después generó un cierto olvido.
“Malvinas es un caldo de cultivo tenso todo el tiempo, y sigue siéndolo” sostiene.
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MALVINAS EN LA INVESTIGACION
Para el investigador, Malvinas como tema de investigación en el país no es muy viejo, no tiene más de 20 años, cuando desde la guerra ya pasaron 37 años.
“En la actualidad tampoco es un tema muy investigados, recién en los últimos años hubo reverberancia del tema.
En cuanto a los apoyos desde la universidad en hacia el reconocimiento de la guerra o como modo de contención de los veteranos, como incorporar a los veteranos a la educación superior, estima que “fueron nulos”.
En el año 1982, apenas terminó la guerra, el entonces ministro de Educación de la Junta Miliar emitió un decreto para asegurar la gratuidad y un sistema de becas para que los veteranos entren en la universidad. Después en 1984 se votó la ley de protección integral para veteranos que incluyó el apartado de protección educativa para incorporarlos en los sistemas educativos en todos los niveles.
“Esa concreción fue difícil, porque la ley se votó en 1984 y se reglamentó a fines de los 80, cuando los veteranos ya pisaban los 30 años y la universidad como horizonte ya quedó bastante lejana”.
Sobre el rol de la Universidad en el tema Malvinas, expresa que “la universidad tiene una deuda que ya es difícil de saldar por el paso del tiempo. Pero hoy en sí la Universidad es un actor que todo el tiempo está recordaron y trayendo a la memoria el Tema Malvinas”.
Evalúa que Malvinas como tema de investigación requiere muchas más miradas de las actuales, que superen la manera que actualmente se mira la guerra. “Todavía estamos anclados en una manera de pensar la guerra o como una locura o a los protagonistas como víctimas o héroes, como si fueran sólo esas dos miradas las únicas posibles”.
“Hay poca investigación de lo que sucedió en el día a día en las batallas, lo que sucedió posteriormente a la guerra. Se habla del olvido y abandono del Estado, pero nunca se investigó al respecto” señaló el Doctor Chao y agregó que justamente en esta línea se orienta su tesis, respecto a cómo ha sido tratado el veterano de guerra a nivel estatal, a partir de la forma en que fue pensado, presentado, dicho y/o anunciado, por quienes toman y han tomado decisiones en la vida política argentina de 1982 a 2017.
“Que sucedió, qué paso después del 82, son preguntas por hacerse” refiere el investigador del IIGHI (UNNE-CONICET).
Explica que se sostiene, como un sentido común, que la guerra de Malvinas aceleró la transición democrática en el país, pero no hay estudios que puedan comprobar ello empíricamente, objetivamente. “Es una de las preguntas que podría buscar responderse desde la investigación y requiere miradas que la Universidad debe hacerse cargo como sostén de las investigaciones”.
FECHA PARA REPENSAR
Para el Doctor Chao, el 2 de abril es una fecha importante para recordar y parte de ese recuerdo debe ser un repensamiento sobre el periodo. “Estamos muy amesetados en la manera como pensamos Malvinas hace tiempo, y requiere que como comunidad empecemos a ver diferentes cuestiones”.
Estamos tan acostumbrados a llamar héroes a los veteranos que nos olvidamos de la experiencia que los llevó a estar en Malvinas. Debemos pensar esa experiencia sin revictimizarla”.
“Argentina siempre es un país de efemérides y siempre nos acordamos del tema un día antes y un día después de estas fechas. No digo que pensemos todos los días en Malvinas, pero sí que pensemos que parte del nunca más debe ser nunca más a las guerras, nunca más a la resolución violenta de los conflictos. No podemos pensar en resolver problemas terminando con la vida de los demás.
“Esta guerra que todavía está ahí con una llama encendida, que todavía ocasiona problemas diplomáticos, que todavía nos moviliza y nos mueve a odiar una cultura o civilización porque entendemos que es la culpable de que la soberanía de Argentina sobre las islas no se termine de completar, todas estas cuestiones deberían ser repensadas para pensar una sociedad no violenta”.
“Malvinas es esa gran paradoja que requiere que sigamos reflexionando sobre el tema” finaliza respecto a esta fecha conmemorativa.
SU TRABAJO
Sobre su vinculación con el tema Malvinas, el Doctor Daniel Chao, recordó que cuando empezó a investigar tenía 24 años y fue con su tesis de grado. “El tema me atrapó por diferentes cuestiones, en principio porque siempre se presenta como un gran problema, todos tiene algo que decir sobre Malvinas y parece que está todo dicho sobre Malvinas. Pero cuando uno empieza estudiar se da cuenta que hay interrogantes para hacer dulce y eso en su momento me atrapó”.
“Me atrapó además la importancia que le atribuye Corrientes a la guerra dentro de su simbología e imaginería regional”.
Pero también por lectura. Recuerda que alguien le prestó un libro de Lucrecia Escudero “Malvinas el gran relato”. “Lo leí, me encantó, y desde hace diez años estoy estudiando Malvinas”.