Al final, dio la sensación de que Boca Unidos hizo méritos suficientes para lograr algo más que el reparto de puntos, en el encuentro correspondiente a la 6ª fecha que ayer empató 1-1 con Estudiantes de Río Cuarto, puntero e invicto de la Segunda fase, Octogonal B de la Región Litoral Norte del torneo Federal A.
Abrió el marcador con jugada individual Nahuel Cainelli, para el equipo del interior de Córdoba en la etapa inicial y empató a los pocos minutos del segundo tiempo Martín Fabro, luego de una buena acción colectiva.
Quedó a la vista. A Boca Unidos le sienta mucho mejor asumir el protagonismo de los partidos. Ayer recibió al puntero e invicto Estudiantes de Río Cuarto, y luego de un primer tiempo para olvidar rápidamente, el entrenador dio un golpe de timón, el equipo salió a tomar el rol protagónico en la segunda etapa y, con la inclusión de Gonzalo Ríos, encontró la llave para quebrar a un rival que se fue al descanso ganando merecidamente 1-0 con gol convertido por Nahuel Cainelli tras buena acción individual (la puso junto al segundo palo).
Ese cambio de actitud le permitió mejorar muchísimo al “aurirrojo”, e incluso en las tribunas decían “este es otro equipo”, haciendo una comparación con el del primer período. Y fue así, porque en la primera parte Boca Unidos fue inconexo, no gravitó en ninguna de las facetas del juego.
Estudiantes encontró los espacios necesarios para manejar la pelota y merodear seguido el área. Por eso, no extrañó cuando a los 30’ Nahuel Cainelli entró con decisión al área por el costado derecho y, entre varias piernas, cruzó el remate al segundo poste, venciendo al arquero.
Así se puso en ventaja el puntero, que estuvo cerca del segundo gol a los 34’, cuando Bruno Sepúlveda se encontró con la pelota tras un rebote fortuito, quedó frente al achique de Medina, tocó suave, pero cerró Alejandro Leani, despejando la pelota que picaba lentamente. ¿Boca Unidos?, casi nada. Sólo un centro cerrado de Mbombaj que salió apenas ancho sobre el travesaño.
La imagen de Boca Unidos cambió totalmente en el segundo tiempo. Entró Gonzalo Ríos en lugar de un deslucido Fabrizio Palma y enseguida empezó a gravitar por la derecha del ataque.
Pero el acierto no estuvo solamente allí, sino por la disposición táctica. El equipo presionó bien arriba con la pelota, la recuperaba con el pulpo Martín Ojeda en el medio y junto a la gran levantada de Alejandro Leani, tuvo respaldo Fabro, Núñez y Ledesma en la ofensiva. Si a ello se le agrega que tanto Espíndola como Mbombaj pasaron permanentemente por las bandas, a Estudiantes le fue imposible contener el aluvión. Apenas se jugaron 6’ cuando empató Boca con una buena jugada, la pelota fue a Mbombaj quien tiró el centro que bajó Ríos para el derechazo goleador de Martín Fabro en el área.
Enseguida, en otro arranque de Ríos por la derecha, le ganó al defensor y tocó hacia atrás para el derechazo de Fabro, pero el árbitro que había indicado el centro de la cancha, igual que el juez de línea, anuló el gol por mano del jugador de Boca. Fabro se aproximó dos veces, primero con un tiro libre y luego con un remate en comba que rebotó en el travesaño. Enseguida, a los 23’, Gonzalo Ríos tiró fuerte, manoteó el arquero y de nuevo la pelota rebotó en el travesaño.
En el aluvión -con fútbol- de Boca Unidos, un centro pasado de Fabro no pudo definir bien Ríos. Después Ríos cabeceó un centro de Fabro y atajó el arquero. ¿Estudiantes? Sólo se acercó una vez y conjuró Medina un disparo de Ferreira. Así llegó el silbato final y trajo esperanzas para los “playoffs” al equipo “aurirrojo”