La Policía científica estuvo en la casa de Juncal y Uruguay durante casi 13 horas. En la calle, militantes kirchneristas aguardaban bajo el frío y cantaban contra el juez Claudio Bonadio y el presidente Mauricio Macri.
Este viernes se procederá a allanar el hogar que la senadora Cristina Kirchner posee en el Calafate.
El allanamiento en el barrio de Recoleta comenzó apenas pasado el mediodía de ayer, cuando el personal de la Policía científica ingresó en la casa que la expresidenta posee en calle Juncal y Uruguay.
Apenas ingresados al domicilio, un grupo de militantes se acercó a apoyar a Cristina Kirchner, quien no se encontraba en el lugar.
El personal de Infantería ingresó con perros rastreadores de dinero.
Los agentes revisaron todas las paredes y tomaron medidas para ver si hay obras o cambios estructurales.
Al mismo tiempo, se analizó la distribución de la casa para comparar con las declaraciones vertidas por los ‘arrepentidos’, quienes habían indicado que los bolsos con el dinero de las coimas se llevaban en su mayoría a la casa que compartían Néstor y Cristina Kirchner.
El allanamiento de Río Gallegos duró menos tiempo. Comenzó alrededor de las 16hs y ya había concluido al caer la noche.
El grupo de la Federal conformado por personal de Río Gallegos y de Buenos Aires ingresó a Mascarello 441 con perros de la Aduana.
Del procedimiento participó personal del Tribunal de Tasación de la Nación (TTN), quienes analizaron la estructura de la casa cuyo valor asciende a 570.000 dólares.
Durante toda la jornada, los militantes se mantuvieron frente a la casa de la expresidenta. Por momentos esperaban en silencio, pero cuando el personal judicial hacía su aparición en la calle los gritos recomenzaban. Uno de los momentos de mayor tensión sucedió pasadas las 22 hs., cuando un grupo de agentes salieron del departamento con cajas que contenían distintos documentos y se subieron a una camioneta.
Desde el grupo que defiende a la expresidenta comenzaron a tirar botellas contra el vehículo. Los que lograron acercarse a la camioneta pegaron patadas contra las puertas y golpeaban los vidrios mientras gritaban para que dejen de ‘perseguir a Cristina’.
La situación se repitió cerca de las 2 de la madrugada, cuando el personal se retiró del lugar.
Al verlos salir del edificio, lo militantes empezaron a insultarlos mientras otros les gritaban “apaguen la luz”, ya que se veía que la casa continuaba iluminada. Cuando se marcharon los representantes de la Justicia la calle volvió a quedar vacía.