En el penúltima práctica, los once futbolistas para enfrentar a Nigeria el martes ya estarían definidos.
El arquero Franco Armani, el delantero Gonzalo Higuaín y los mediocampistas Éver Banega y Ángel Di María trabajaron hoy en el equipo titular del seleccionado argentino que el próximo martes jugará ante Nigeria la última carta para llegar a los octavos de final de la Copa del Mundo Rusia 2018.
La tórrida mañana de Bronnitsy, con 32 grados a la sombra y una resolana abrasadora, encontró a los 23 integrantes del plantel argentino entrenando en el día del cumpleaños número 31 de Lionel Messi, que con sus habituales botines verde flúo se fue acomodando en las orillas del grupo de trabajo.
Mientras, del otro lado, a unos 20 metros, Jorge Sampaoli iba y venía, como suele hacerlo en los partidos, con la libretita de “almacenero” en la que tenía los primeros 11 nombres para el martes.
Franco Armani; Eduardo Salvio, Nicolás Otamendi, Gabriel Mercado y Nicolás Tagliafico; Enzo Pérez, Javier Mascherano, Éver Banega y Ángel Di María; Lionel Messi y Gonzalo Higuaín, fueron los que compusieron un 4-4-2 que no solamente tiene otra vez cuatro variantes, sino que además vuelve al esquema del partido inaugural frente a Islandia.
El debut absoluto de Armani con la selección argentina en un partido mundialista decisivo, más la inclusión de tres históricos como Higuaín, Di María y Banega, marca un nuevo cambio de rumbo, el tercero en otros tantos partidos mundialistas.
La tormenta de versiones sobre las diferencias entre los jugadores y el cuerpo técnico dejó sus secuelas, hizo daño, impactó en el seno de la delegación.
Por eso hoy algunas caras visibles como la del presidente de AFA, Claudio Tapia, y Mascherano salieron a “limpiar las calles” de todos los escombros que quedaron esparcidos aquí y allá.
Pero los esfuerzos parecen infructuosos dado el “modo avión” con que se manejó el grupo durante el entrenamiento, siempre en silencio, sin las risas ni las bromas habituales,con rostros abrumados por la frustración y la presión.
El entrenamiento dejó la sensación de que que una victoria con clasificación a octavos ante Nigeria podría empezar a maquillar el ambiente interno. Maquillar, no modificar.
La “cumbre” entre el presidente de AFA, los referentes del plantel y Jorge Sampaoli fue reconocida por quienes asistieron a ella, así como las diferencias ya explicitadas, tal como sostuvo durante la conferencia de prensa post práctica el hoy volante suplente Lucas Biglia, compañero de pieza de Mascherano, con quien formó un doble cinco en el debut con Islandia.
“Nos juntamos todos para renovar fuerzas. Lo que necesitamos es hacer una piña entre todos e ir por Nigeria, que es nuestro único objetivo en este momento”, remarcó el futbolista de Milan, de Italia.
“Lo que pasa es que lo que salió ayer en la prensa es una vuelta atrás, porque nosotros creíamos que después de ganarle a Ecuador y clasificar, había quedado claro que todos íbamos a ir para adelante. Pero resulta que después de perder con Croacia los periodistas se cagaron en todo y nos pegaron en el piso”, apuntó Biglia.
La referencia de Biglia dejó flotando en el aire un metamensaje con obvias referencias al prolongado tiempo en que el plantel del seleccionado estuvo sin hablar con la prensa por un confuso episodio que involucró al entonces convocado Ezequiel Lavezzi.
Precisamente en aquel partido con Ecuador, y una vez concretada la victoria y la clasificación a este Mundial con la victoria por 3 a 1, con los tres tantos de Lionel Messi, los jugadores levantaron la veda periodística y volvieron a hablar con la prensa argentina.
Ahora volvieron a fustigar a la prensa, aunque reconocieron que lo que se había publicado desde Rusia era cierto.
Para colmo de males Tapia les recomendó a los enviados argentinos que “no se apuren en conocer con anticipación la formación del equipo, porque con eso se le está dando ventaja al rival de turno”. El final de la historia se escribirá el martes con dos opciones: Kazán o Buenos Aires.