El Ciclón, en medio de otra crisis, sacó pecho como visitante.
“Movete River movete, movete dejá de joder”, se cantaba en las tribunas del Monumental cuando el clásico contra San Lorenzo se consumía y River no encontraba los caminos para ganar el partido. La temperatura fue en ebullición y el clima de la agradable noche en Núñez se calentó a tal punto que le dio paso a un antiguo grito de guerra. “Pongan más huevo, pongan más corazón”, bramaron desde la Sívori.
El 1-1 final dejó con bronca a los hinchas ‘millonarios’ pero el enojo no es por un resultado que todavía no le permitió a River asegurar la clasificación a la Copa Libertadores 2025. Lo que preocupa -y cada vez más- es que el juego no aparece y el equipo de Marcelo Gallardo está en un estado de apatía constante. Este miércoles no pudo ante un rival que deambula en la tabla, que no jugaba por nada y que acumula deudas con su plantel.
Tanta es la confusión en River que los hinchas tampoco escapan del laberinto. Y quedan desbordados por las emociones pasajeras. Pasaron de aplaudir a Iker Muniain en la previa a silbarlo cuando se retira del campo de juego unos cuantos minutos después de que el español empató el encuentro de penal, y antes de que pateara también lo chiflaron.