Según el Indec, más de 15 millones de personas son pobres y 5.300.000 las que están por debajo de la línea de la indigencia. Los datos son del primer semestre de 2024. En Corrientes, el primer grupo llegó a 52,3 %, en tanto que el 13,4% son indigentes. Por lejos, el área urbana más afectada sigue siendo el Gran Resistencia.
El índice de pobreza en los primeros seis meses de 2024 llegó al 52,9 % en la Argentina, y al 52,3 % en Corrientes, según la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) que informó ayer el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).
La indigencia trepó hasta el 18,1 % en la medición nacional, y al 13,4 % en la capital correntina.
Tanto la pobreza como la indigencia en Corrientes se ubican en valores similares a los marcados en mayo de 2001 cuando alcanzaron el 56,6 % y el 22,9%. Sin embargo, el pico sigue estando lejos, registrado en octubre de 2002, cuando llegó al 74,4 % y 43,1 %.
Si bien en el Nordeste el Gran Resistencia continúa siendo la que encabeza las estadísticas en la región, con el 76,2 por ciento de personas pobres, contra el 60,3 del primer semestre de 2023, fue en Formosa donde más creció la incidencia de la pobreza: pasó del 29,7% al 67,6%, un salto de casi 40 puntos porcentuales en el último año.
No menor es la situación de Posadas, con un incremento del 20 por ciento, en los primeros seis meses del año pasado fue de 35,9 % y actualmente el 55,9 de los posadeños es pobre.
A nivel nacional, la pobreza avanzó hasta 52,9% en el primer semestre del año y así alcanza a 24,9 millones de personas en todo el país. Implica una suba de 11,2 puntos porcentuales respecto al cierre del año pasado, que había sido de 41,7% en el momento del cambio de Gobierno y de 12,8 puntos en comparación con un año atrás, cuando había sido de 40,1 %. Esto representa además el dato más alto desde 2003.
Los números oficiales dan cuenta también de un empeoramiento en la tasa de indigencia. Así, el 18,1% de la población de todo el país no pudo tener cubiertas las necesidades alimentarias básicas, lo que representaría 8,5 millones de personas. También implicaría una suba marcada respecto a los últimos índices: seis meses antes este número era de 12 % y de 9,3 % un año atrás.
Es la primera medición del gobierno de Javier Milei. Respecto de un año atrás, 6,2 millones de habitantes se sumaron al universo que, con su ingreso, no pudo comprar la canasta básica total de alimentos y servicios básicos. Y se incrementó en 4,2 millones la población que no llegó a cubrir el valor de la canasta básica alimentaria, es decir que tuvieron problemas para alimentarse, pese a los planes de asistencia social.
Respecto a los grupos de edad, el Indec destacó que el 66,1 % de las personas de 0 a 14 años forman parte de hogares bajo la línea de pobreza.
Otro dato relevante es lo que en el informe oficial se suele presentar como la “brecha” de pobreza y de indigencia. Esto es: qué tan cerca o tan lejos están los pobres y los indigentes que viven en la Argentina, en términos de ingresos, de poder salir de esa situación.
Esas cifras también son críticas: en promedio en el primer semestre un hogar pobre tuvo ingresos 42,6 % por debajo de lo necesario para dejar de serlo. Una distancia de algo más de $ 300.000. Para el caso de la brecha de indigencia, fue de 33,4 %, lo que equivale a decir que un hogar que no llega a cubrir la canasta alimentaria requirió $116.000 más en promedio para no ser indigente.
El primer semestre del año fue atravesado por esa escalada inicial de la inflación de los primeros meses del año, hasta un ritmo de suba de precios que se asentó en el orden del 4 % mensual desde mayo. Hubo, en paralelo, una caída marcada del poder de compra de los salarios, que también comenzó a recuperar terreno en la medida en que desaceleraba el índice de precios, aunque no llegó a compensar enteramente lo perdido en el último año.