La artista tenía 74 años. Desde hace tiempo venía con distintos problemas de salud. Su partida se dio en el sanatorio Güemes.
Fueron muchos años de lucha personal y emocional. La mente y su pasión por la música la llevaban de cualquier manera a un escenario, pese a que su cuerpo le ponía cada vez más límites. Incluso, en la imagen colectiva es difícil recordar a Ofelia Leiva -la increíble voz del chamamé que partió al plano celestial en la jornada de ayer- de pie. En los últimos años, la silla de ruedas fue parte de su cuerpo. Eso nunca impidió que visitara los más renombrados escenarios del folclore nacional como la Fiesta Nacional del Chamamé o Cosquín.
Ofelia Leiva falleció ayer a las 14 en el Sanatorio Güemes de Buenos Aires debido a una septicemia. La cantante correntina, de 74 años, era una de las artistas más amadas por el pueblo correntino. En cada presentación se llevó el aplauso y ovación de todos los amantes del género, sobre todo cuando su voz interpretaba el tema de Teresa Parodi “Cielo de Mantilla”, el chamamé se elevaba a otra dimensión.
Momentos como estos eran una constante en las presentaciones de esta mujer que comenzó su carrera muy joven y de la mano de quien la acompañara en su vida artística y personal por varias décadas: Rosendo Arias, como se lo conocía artísticamente. Domingo Raúl Palacio, oriundo de General Deheza (Córdoba), era el nombre real del cordobés que le robó el corazón en el escenario de Cosquín en 1968, cuando él fue elegido revelación masculina y ella quedó segunda del rubro femenino. Fue su única presentación sola, porque luego de ese momento siempre regresó con el dúo Rosendo y Ofelia hasta que su compañero por 50 años, pero su amor eterno, se adelantara en el viaje en 2007.
En ese momento y tras superar un cáncer muy agresivo con la fortaleza de una guerrera, el mundo chamamecero pensó que también perdía a la artista femenina. No fue así. Ya lo tenían charlado. Ambos habían nacido artistas y cuando uno de ellos faltara el otro continuaría. Lo lloró, lo extrañó durante cada uno de sus días, pero en su honor regresó a los escenarios 25 días después de su muerte y le rindió homenaje en cada presentación. Eso sí, nunca más volvió a mirar hacia la izquierda, que era el espacio que él ocupaba en el escenario. Una mujer con agallas, sin dudas.
Hablar con Ofelia Leiva siempre era como zambullirse en una anécdota tras otra sobre la historia del folclore en general y de su amado chamamé. Era una verdadera leyenda viva de la música litoraleña. En los últimos meses fueron varios los episodios complicados de salud que debió enfrentar. Incluso en la edición 2024 de la Fiesta Nacional del Chamamé estuvo en duda su participación, pero allí estuvo. Fue su despedida de ese mágico espacio donde la magia de su voz y sus canciones tenían un efecto alucinante en el público que siempre la despedía de pie.
Ayer, los correntinos la despidieron con lágrimas en los ojos, con una oración para que se reencuentre con el gran amor de su vida, ese morocho que conoció a los 17 años y nunca más pudieron separarse.