Los combustibles subieron 5 % y el litro más barato en Corrientes alcanza $966

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El precio de las naftas sufrirá un nuevo ajuste el 1 de mayo pero las petroleras evalúan sumar otro 2 % por la cotización del dólar.

La nafta y el gasoil aumen­taron en torno al 5 % desde ayer, debido a una nueva actualización del Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL), según el cronograma que definió el Gobierno, y el deslizamiento del dólar oficial. Ambos ítems son trasladados por las petrole­ras al precio que figura en los surtidores, aunque no se descartan subas adicionales. 

La suba anunciada generó el fin de semana largas filas en algunas estaciones de servicio en las que los con­ductores de vehículos se di­rigieron para comprar com­bustible. La escena viene repitiéndose en los últimos meses ante el fuerte encare­cimiento del costo para lle­nar el tanque de nafta, sobre todo tras la devaluación del 55 % en diciembre y la “libe­ración de precios” puesta en marcha. 

La nafta súper de YPF en Buenos Aires tenía un pre­cio el domingo último de $800 (hay que recordar que en Corrientes el precio es aún mayor) y, con el nuevo ajuste, desde ayer acumula un aumento del 106 % en menos de cuatro meses des­de la asunción de la nueva gestión el 13 de diciembre pasado, cuando su costo era de $404. 

El litro de combustible en Corrientes es más caro en un promedio de 100 pesos. Los tableros con los nue­vos precios quedan en las estaciones de YPF Super: $966, Infinia: $1.117, Diesel 500: $1.042 e Infinia Diesel: $1.252. En la bandera Shell, la Super cuesta $984, Power Nafta: $1207, Evolux Diesel: $1063 y Power Diesel: $1284. En tanto que Puma tiene los siguientes precios Puma Diesel: $1052, Ion Diesel: $1264, Puma Super: $966 y Max Premium: $1177. Por último Axion tiene la Super a $989, Axion Super: $1204. Axion Diesel: $1103 y Quan­tum Diesel: $1275.

TERCERA ETAPA

El ajuste corresponde a la tercera etapa de la actuali­zación de los impuestos al combustible líquido (ICL) y al dióxido de carbono (IDC) dispuesta por el gobierno en febrero pasado.

El impuesto a los com­bustibles fue creado por ley en 1998 y durante la gestión de Mauricio Macri se dispu­so su actualización en for­ma trimestral, ajustado por la inflación oficial, aunque en 2019 se postergó. 

Desde julio de 2021 quedó congelado bajo la gestión de Alberto Fernández, hasta que el Gobierno de Javier Milei lo volvió a actualizar en marzo pasado.

Pese a que Milei se había propuesto llevar adelante un plan de shock sin subas en los impuestos, el Gobier­no decidió “regularizar” la situación en las naftas para sumar recaudación y com­pensar así el bloqueo de su reforma impositiva prevista en la ley Ómnibus. 

Con esos cambios, se es­tima que el Ejecutivo po­dría recaudar un 0,4 % del PBI para la Nación, unos $760.000 millones.

A través del decreto 107/2024, el Gobierno dis­puso un cronograma para revertir el congelamiento en dichos impuestos, con ajustes previstos para el 1 de marzo, el 1 de abril y el 1 de mayo de 2024, inclusive. 

OTRO 2 %

Por otra parte, las pe­troleras podrían sumar un incremento del 2 % corres­pondiente al deslizamien­to del dólar oficial, aunque también miran con aten­ción el mercado de com­bustibles.

Por la crisis y la disparada de los precios, la venta de naftas cayó un 7,3 % inte­ranual en febrero en las es­taciones de servicio, según el sitio Surtidores. 

La caída se sintió espe­cialmente en los productos premium, que en el caso de la nafta fue de casi el 23 % y en el gasoil del 8,25 %. 

Se trata de la baja más pronunciada desde 2019, pese a que el parque auto­motor era entonces mucho más reducido.s

LA SUBA QUE SE APLICÓ A LAS NAFTAS CORRESPONDE A LA TERCERA ETAPA DE LA AC­TUALIZACIÓN DE LOS IMPUESTOS AL COMBUSTIBLE LÍQUIDO (ICL) Y AL DIÓXIDO DE CARBONO (IDC), DISPUESTA POR EL GOBIERNO EN FEBRERO PASADO. AÚN QUEDA OTRO INCREMENTO PARA EL 1 DE MAYO. LA MEDIDA HA GENERADO PREOCUPACIÓN ENTRE LOS CONDUCTORES, QUIENES YA ENFRENTAN UNA ESCALADA EN LOS PRECIOS DE LOS COMBUSTIBLES EN LOS ÚLTIMOS MESES.

Los incrementos que obligan a ajustarse

La ola de aumentos en los servicios que comenzaron a regir en abril profundiza la crisis de ingresos y obliga a millones de hogares a ajustar exageradamente su presupuesto para afrontar nuevas tarifas. Los incrementos impactan en el precio del gas (habrá que ver cuánto remarcan las envasadoras en Corrientes), el agua, la luz, telefonía celular e internet, combustibles, prepagas, colegios, y resultan exorbitantes para el nivel de los salarios de sectores me­dios y populares. Y el nuevo aumento de las naftas, además, impacta directamente sobre toda la cadena de la economía.

La apuesta del Gobierno por desregu­lar precios de la economía aplicando me­cánicamente recetas del libre mercado promete más angustia para trabajadores formales, informales, jubilados y mono­tributistas. También agrega incertidum­bre en la pequeña y mediana empresa por el aumento de costos y el derrumbe de las ventas en el mercado interno. La energía es uno de los servicios que coro­na un golpe desmesurado al bolsillo y que en Corrientes llegará al 200 % por lo que hay que empezar a reducir consumo. El problema es que las tarifas se trasladan también a los costos de los comercios y las industrias, en un momento de bajo consu­mo, para amplificar el efecto recesivo. El resultado es catastrófico para la economía real y un mercado laboral que ya muestra las señales de tensión.s

Escaso margen para otra suba de tarifa 

Con el aumento del combustible, los remi­ses en Corrientes pueden trasladarlo a una suba de la tarifa, pero el problema actual que se plantea es el escaso margen de recompo­sición teniendo en cuenta la caída de la de­manda.

Juan Castillo, secretario general de la Aso­ciación de Remises de Corrientes, fue con­sultado acerca de la situación del servicio de remises ante al suba del precio de los com­bustibles, acerca del cual admitió que “el sector se encuentra en una situación econó­mica muy compleja y con escaso margen de recomposición”.

“Estamos habilitados por ordenanza para modificar la tarifa en caso de aumento de la nafta super del mercado. Sin embargo, no es algo que hayamos estudiado aún porque no podemos seguir perdiendo más clientes en esta situación económica difícil”, afirmó en declaraciones a Continental Corrientes. 

El secretario general también destacó que, durante los días de paro, la demanda del servicio de remises no aumentó como suele suceder en otras medidas de fuerza del ser­vicio de transporte urbano. “Si bien hubo un incremento en la demanda respecto al movi­miento habitual, no fue en el porcentaje que suele darse”, explicó. 

En relación con la tarifa actual, Castillo indicó que el margen de ganancia es muy pequeño, pero es la única manera de que la actividad continúe existiendo hasta que me­joren otras variables económicas.