La suba fue menor a la de diciembre, pero se mantuvo en niveles elevados. Una familia tipo de clase media necesitó casi 350 mil pesos.
Aunque en un par de escalones más abajo que en diciembre, los precios en los supermercados comenzaron el año con un incremento muy importante, promediando un 25,02 por ciento en enero.
De este modo, el costo de la canasta de alimentos, bebidas, productos de tocador y artículos de limpieza, para una familia tipo de clase media de cuatro integrantes trepó a 343.710 pesos, casi 70 mil más que lo que demandaba la misma compra en diciembre.
En la comparación interanual el encarecimiento de los productos más básicos realmente asusta: 335 por ciento. En enero de 2023 el costo de dicha canasta era de 78.934 pesos.
En rigor, la suba de los precios se moderó parcialmente el mes pasado, sobre todo si tenemos en cuenta que en diciembre habían subido un alarmante 43,21 por ciento.
No obstante ello, las listas de precios siguieron actualizándose a un ritmo muy elevado.
De hecho, salvo contadas excepciones, en enero casi todos los productos relevados registraron alzas de dos dígitos, y muchos de ellos con incrementos muy significativos, de entre el 50 y el 100 por ciento.
Tan sólo dos alimentos bajaron de precio en el mes: la papa y el tomate perita, aunque dicho comportamiento se explica por cuestiones puramente estacionales.
La Cámara de Supermercados y Autoservicios registró una suba en enero algo menos a la del relevamiento propio, con un alza promedio para todas las categorías del 19 por ciento.
El rubro que más aumentó es el de los lácteos, con un alza promedio de casi el 30 por ciento. La leche, que ya había subido mucho sobre el final de 2023, el mes pasado pegó otro salto significativo del 32,5 por ciento, para que el sachet de primera marca superara los 1.000 pesos por litro.
Si bien es posible encontrar algunas alternativas más económicas, sobre todo en versiones del larga vida, ninguna baja de los 750 u 800 pesos y de marcas poco conocidas.
Los quesos, la manteca y las cremas también aumentaron mucho, entre el 30 y el 35 por ciento en el mes. El queso cremoso se vende por arriba de los 4.700 pesos por kilo, mientras que la manteca de 200 gramos de la marca más conocida en el mercado ronda los 2.000 pesos.
Por su parte, y a pesar de la caída en el consumo, las carnes siguieron en alza el mes anterior. En promedio se encareció un 22,8 por ciento, con los cortes vacunos encabezando las subas.
Los cortes de pulpa se venden entre 7.500 y 9.000 pesos, mientras que la tira de costilla para el popular asado del domingo se ubica entre 5.500 y 7.000 pesos. La carne molida también subió, para ofrecerse en 4.000 pesos por kilo.
El pollo y los cortes de cerdo, que se habían disparado en diciembre, se moderaron en enero con subas de entre el 8 y el 15 por ciento.
El kilo de pollo fresco se conseguía, en oferta en la mayoría de las superficies comerciales, en 1.500 pesos.
Entre los productos secos y empaquetados, los incrementos también estuvieron a la orden del día, siendo en muchos casos muy significativos. En promedio el aumento es del 27 por ciento.
El arroz es uno de los alimentos que más aumentó, un 67 por ciento, para venderse a 3.000 pesos el paquete de un kilo de primera marca. Respecto de un año atrás la suba es abismal y llega al 902 por ciento. En enero de 2023 el mismo arroz costaba poco más de 300 pesos.
Las galletitas de agua también subieron mucho: casi un 80 por ciento en el mes, y el café torrado superó los 6.000 pesos en su presentación de medio kilo, con un alza del 48,7 por ciento.