Los 90 minutos frente a Palmeiras terminaron empatados en 1. En los tiros desde el punto del penal, el arquero xeneize se convirtió en el héroe de la noche.
Boca Juniors alcanzó este jueves su duodécima final de Copa Libertadores al vencer por penales a Palmeiras en el Allianz Arena, de San Pablo, por 4 a 2, luego de igualar 1 a 1 en los 90 minutos regulares tras la paridad sin goles de la ida en la Bombonera, con los dos primeros disparos de los brasileños contenidos por Sergio Romero, y afrontará el 4 de noviembre próximo el partido decisivo ante el carioca Fluminense en el estadio Maracaná, de Río de Janeiro.
La postura de Boca fue similar a la que encaró con los mismos 11 protagonistas en el partido de ida en la Bombonera, aunque en aquella oportunidad, apenas el jueves pasado, tuvo la pelota por más tiempo que esta noche en el primer tiempo, pero desde lo actitudinal su fisonomía fue la misma: ir a buscar la victoria de movida nomás.
Cuando se jugaba exactamente la mitad de la primera etapa llegó una contra por izquierda encarada por Merentiel, que sacó “a pasear” al capitán de Palmeiras, el paraguayo ex-Lanús, Gustavo Gómez, que muy cerca estuvo de ser jugador de Boca, y entregó una asistencia impecable para que Cavani se sacara la “mufa” de arrastrada y convirtiera su segundo gol con la camiseta auriazul (el primero fue a Platense de cabeza) chocando contra el palo izquierdo del arco local, igual al que falló en la ida en la Bombonera y tanto le reprocharon.
En la segunda etapa fue una historia diferente, porque Palmeiras, con el ingreso del chico Endrick, de 17 años, empezó a horadar las últimas fortalezas defensivas boquenses.
A los 20 minutos se fue expulsado Marcos Rojo. Antes de que pasaran 10 minutos de esa expulsión apareció Joaquín Piqueréz, el lateral izquierdo que remató desde lejos y por bajo entre las piernas de varios jugadores, lo que tapó la visión de “Chiquito” Romero, que por ello tardó en reaccionar y cuando lo hizo, si bien pudo manotear el balón con su mano diestra, no logró impedir que llegara a la red.
Boca aguantó la embestida del rival y desde los 12 pasos abrochó el pasaje a la final con un enorme “Chiquito” Romero.