El capitán del equipo albiceleste marcó el único gol del partido a los 33 minutos del segundo tiempo con un soberbio tiro libre. El campeón del mundo justificó la victoria en el segundo tiempo.
La selección Argentina debutó en las Eliminatorias Sudamericanas rumbo al Mundial de 2026 superando por 1 a 0 a su par de Ecuador, por la primera fecha del torneo gracias a una genialidad de Lionel Messi.
Dentro de un partido trabado, Messi realizó otra genialidad para darle el triunfo al seleccionado argentino. A los 33 minutos del segundo tiempo ejecutó a la perfección un tiro libre, la pelota pasó por encima de la barrera y dejó sin chances a Hernán Galinez para marcar el único gol del encuentro.
Con esta conquista, el capitán del equipo argentino igualó el récord del uruguayo Luis Suárez, y también es el máximo goleador de las Eliminatorias Sudamericanas.
La nueva estrella de Inter Miami también se convirtió en el primer jugador sudamericano en marcar en cinco ediciones diferentes del certamen clasificatorio.
La noche fría en Buenos Aires se complementó con una actuación deslucida en términos colectivos aunque apareció Messi, como siempre, para darle una victoria acorde a los tiempos presentes, en los que el póster se agiganta cada vez más.
Argentina comenzó como si todo estuviese por recorrerse, tal como definió Lionel Scaloni en la conferencia de prensa, dejó atrás el Mundial conseguido en diciembre pasado y tomó el control de la pelota desde el primer minuto.
El encargado principal de bajar a pedirla en campo propio fue Rodrigo De Paul y por momentos también Enzo Fernández -debutó en Eliminatorias Sudamericanas-. Cada vez que Argentina no tuvo el control, la presión asfixiante de la zona media resultó suficiente para recuperarla.
Lionel Messi, que llegó con un duro trajín desde su arribo a Inter Miami, protagonizó las dos primeras situaciones nacionales, que por falta de precisión en el último pase no llegó a convertirse en peligro para el arquero Hernán Galíndez.
Argentina mostró intenciones claras pero sin las ideas necesarias como para romper a Ecuador, que comenzó a hacer tiempo, con jugadores que exageraron en cada falta y utilizaron cada segundo para generar discordia en la gente y en el equipo nacional.
Poco pasó en la primera mitad del complemento, hasta que Messi, de noche complicada, se sacó tres jugadores de encima como cuando tenía menos años y mayor velocidad, y su remate fue controlado por Galindez.
La noche se escurría como la arena entre los dedos y llegó la jugada ideal para el jugador ideal: tiro libre en la puerta del área que Messi aprovechó para destrabar un camino lleno de espinas.