A media mañana de ayer, las unidades de Ersa volvieron a prestar servicio, luego de que la empresa abonara las diferencias adeudadas.
El servicio de transporte de pasajeros en Corrientes terminó de normalizarse a media mañana de ayer, luego de casi seis jornadas de paro, tras un acuerdo alcanzando entre la Unión Tranviarios Automotor (UTA), un grupo de choferes autoconvocados y las empresas de colectivos de la provincia. Pero esto ocurrió tras un acuerdo en que la Provincia y el Municipio aceptaron cubrir los montos adeudados a los trabajadores, por parte del sector empresario, y que corresponde a los aumentos que rigen para el sector y establecido en la nueva escala salarial. Vale recordar que las empresas concesionarias del transporte urbano e interurbano de Corrientes se negaban a abonar por no haber firmado el acuerdo a nivel nacional y a la vez afirman que pese a los subsidios nacionales y provinciales no les alcanza para hacer frente a las obligaciones salariales.
Desde las 06:30 de ayer comenzaron a circular las seis líneas del transporte urbano de pasajeros de la ciudad de Corrientes que dependen de la empresa Ersa y cuyos trabajadores mantenían el paro, en rechazo al pago en cuatro cuotas de una diferencia salarial que reclamaban.
Tras las negociaciones que se extendieron durante gran parte de la madrugada, entre la gerencia de Ersa, los representantes de la UTA y un grupo de choferes y trabajadores autodenominados disidentes a la conducción sindical, finalmente llegaron a un acuerdo. Estos últimos ganaron la pulseada en la negociación para que la empresa abonara las diferencias de aguinaldo y el sueldo de junio, de los aumentos que no se habían pagado. Dicho pago debían hacerlo en el transcurso de la jornada de ayer, con un plazo límite de las 18. Si antes de ese horario no se encontraba despistado el pago, los choferes de Ersa volvían a la medida de fuerza. Llamativamente, los depósitos ya habían impactado en las cuentas antes de las 10 de ayer por lo que las unidades pudieron salir a prestar servicio con normalidad.
Después de cinco jornadas en las que cientos de miles de correntinos no tuvieron transporte público de pasajeros, días en que de todas formas tuvieron que ir a trabajar y abonar sumas de más de 2.000 pesos de remís, resultó indignante para los usuarios, que rápidamente los fondos estuvieran disponibles. Incluso se comentó en las redes sociales las opiniones de pasajeros muy disconformes. “Cómo cuando tienen interés en que se destrabe todo la plata aparece rápido, ¿Por qué no lo resolvieron mucho antes, perjudicándonos a nosotros?”
La medida de fuerza, que había iniciado el viernes último a la medianoche, se extendió hasta la tarde del martes, pero el fin de la medida de fuerza dispuesta por la UTA alcanzó a solo dos líneas urbanas, la 101 y la 110 cuya concesión es administrada por la empresa Transporte Miramar.
La paralización del servicio en las otras líneas se debió a que, en el acuerdo que destrabó el conflicto, la UTA concedió a las empresas que la diferencia entre el sueldo de junio y el haber que deben percibir desde este mes se abone en partes, el 20 de julio, el 20 de agosto, el 20 de septiembre y el 13 de octubre. Eso fue cuestionado por los choferes autoconvocados, quienes desde la tarde del martes y durante la noche se concentraron en las puertas de los galpones de Ersa, impidiendo la salida de las unidades.
Tras el acuerdo alcanzado, además del pago de un retroactivo, incluye la suba del salario básico del sector a 404.000 pesos desde septiembre.