Después de cinco días de paro sin servicio de transporte público de pasajeros urbano e interurbano en la provincia, hubo un principio de acuerdo tras la decisión de la Provincia y el Municipio de volcar más recursos para las empresas, para que estas abonen los aumentos salariales que adeudaban.
Fueron cinco jornadas que tuvo como rehenes a los correntinos, en una pulseada entre las empresas concesionarias del transporte público de pasajeros, la Unión Tranviarios Automotor de Corrientes, para que las administraciones provinciales y municipales entreguen más recursos para que los empresarios abonen los aumentos salariales que no habían abonado porque aseguran no tener recursos suficientes.
Finalmente hubo un acuerdo, las firmas concesionarias firmaron un acuerdo de pago en cuotas y la UTA levantó el paro. Tras conocerse la decisión, las líneas 101 y 110 de Transporte Miramar comenzaron a prestar servicio durante la última hora de la tarde ayer. Sin embargo no ocurrió lo mismo en Ersa, donde un grupo de choferes autoconvocados bloqueó la salida de las unidades de los galpones porque están en desacuerdo con lo acordado. De hecho, según trascendió, exigen el pago total del aumento. Hasta el cierre de esta edición el conflicto se mantenía y no circulaban unidades de las líneas (la mayoría) de Ersa.
Según el acuerdo, la Provincia y la Comuna se comprometen a volcar más fondos en carácter de subsidios para el sector. Desde el 1 de septiembre el salario básico será de $404.000.
Desde la UTA se exigía que el sector empresario equipare los sueldos a los que se pagan en el Amba. “Logramos el objetivo a nuestro justo reclamo”, señalaron ayer al dar noticia del acuerdo. “El Gobierno de la Provincia y el Municipio hicieron un esfuerzo para aportar recursos adicionales, lo que se mantendrá al menos por unos meses hasta que se encuentren soluciones de fondo”.
Pero un grupo de choferes disidentes rechazaron el acuerdo anunciado por la UTA y exigieron que el monto adeudado se pague de una vez y en su totalidad. Hacia las 20 de ayer, sólo las líneas 101 y 110 retomaron sus recorridos. Un importante grupo de trabajadores permanecía en el galpón de Ersa.
“La situación acá es crítica porque los dirigentes de la UTA vinieron a firmar, a hacer un acuerdo ellos solos, se cortaron solos, sin asamblea. Queremos que se respete lo que se firmó a nivel nacional”, manifestó uno de los choferes que estaban en el galpón de Ersa y que adelantó que las unidades no abandonarán ese lugar hasta que las autoridades sindicales tomen contacto con ellos.
“Lo que se puede negociar son los 32.000 pesos que hay por única vez de enero, febrero y marzo, más un reajuste de abril y mayo, pero que no nos vengan a poner en cuatro cuotas (el monto para alcanzar la escala nacional) y mandarnos a trabajar, a levantar el paro hoy sin tener nada”, advirtieron respecto a lo que también debería tener impacto en el aguinaldo. “No vamos a salir”, manifestaron.
El servicio estuvo suspendido desde el viernes cuando se lanzó un paro general de transporte de corta y media distancia en todo el país. Esa medida de fuerza fue suspendida al día siguiente en el Área Metropolitana de Buenos Aires pero no en algunas provincias, aunque durante el fin de semana terminaron acordando todas, excepto Corrientes, en la que el conflicto persistió hasta ayer y al cierre de esta edición aún debía definirse.