CFK y la Cámpora no saben qué hacer con el embajador en Brasil: forzarlo a que se baje o afrontar el daño que pueda causar en la interna.
Antes de emprender el viaje rumbo a China junto al ministro Sergio Massa, Máximo Kirchner dejó una advertencia que sacudió la interna en el Frente de Todos. En rigor, la trasladó a Daniel Scioli y Victoria Tolosa Paz, el tándem que lidera el único sector que, según entiende el líder de La Cámpora, tiene capacidad de resistir al requisito de tener que presentar listas propias en todas las categorías: “Si insisten, vamos a poner un piso del 40% para la Paso”, le planteó, según un interlocutor que se encargó de hacerle llegar la amenaza a los armadores del ex gobernador bonaerense y de la ministra de Desarrollo Social, que habían reaccionado rápido a su desafío, al garantizar la presencia de tropa propia “en todos los distritos”.
En medio de versiones que circularon con fuerza respecto a una posible negociación para declinar su candidatura, Scioli salió bien temprano a despejar dudas. “Nosotros tenemos un programa de gobierno, los avales y los candidatos a lo largo y ancho de la Argentina. Esto que quede claro. Entonces, conmigo “operativo desánimo u operaciones de este estilo, no. Tengo una decisión muy clara de someterme a la voluntad popular y democratizar nuestro partido y que la gente ordene en las Paso (…) Yo no busco un posicionamiento para negociar nada”, bramó el embajador.
Fue una dura respuesta a los movimientos de Kirchner y, en paralelo, a Massa. Scioli sabe que su resistencia a bajarse estropeó la hoja de ruta del jefe de La Cámpora que pretendía imponer al ministro de Economía, que a su a vez estaba dispuesto a ser precandidato siempre que no hubiera competencia interna.
El ex gobernador pretende que haya “fair play”en la interna, no sólo porque quiere cuidar las formas y evitar entrar en una lógica de confrontación interna que hubo entre el kirchnerismo y Alberto Fernández. En parte porque así lo hizo cada vez que tuvo diferencias en el pasado, pero también porque está convencido de que puede ganar la Paso y necesitará contar con todos, a pesar de que a priori parece un asunto complicado porque no cuenta con los apoyos políticos mayoritarios en una eventual contienda con el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro.
Pero Máximo Kirchner está dispuesto a esforzarse para complicar el armado de los que quieran enfrentar a De Pedro. Básicamente, planteó que en el cierre de la alianza electoral, previsto para el 14 de junio, buscará subir el piso del 25 por ciento.