Argentina está de nuevo en la Final del Mundial

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La Albiceleste se impuso por 3-0 sobre el elenco europeo en el Estadio Lusail.

El seleccionado argentino obtuvo ayer su pasaje a la final del Mundial de Qatar tras golear a Croacia por 3 a 0 en una noche soñada en Lusail con actuaciones estelares de sus delanteros Lionel Messi y Julián Álvarez.

El capitán argentino abrió el marcador de tiro penal pasada la media hora del primer tiempo y, promediando la mitad del segundo, con una maniobra memorable en el área, asistió para el tercero a Julián, quien había ampliado diferencias, antes del descanso, con una espectacular acción individual.

No siempre los resultados se explican con el desarrollo, y lo sucedido durante el primer tiempo encuadra en esa categoría de partidos. Es que hasta la apertura del marcador el juego favorecía a los croatas, no tanto por llegadas sino por gestión de balón.

Argentina comprobó en los primeros 25 minutos la reputación del mediocampo compuesto por Luka Modric, Marcelo Brozovic y Mateo Kovacic, quienes le dieron a su equipo buena circulación, ayudados por los laterales y los extremos para poder generar superioridad numérica.

Scaloni, consciente de esa virtud rival, dispuso el ingreso de Leandro Paredes para ganar la batalla en esa zona, donde Rodrigo De Paul y Enzo Fernández fueron los mejores por presión y pase.

De hecho, la situación que derivó en el penal la generó el mediocampista ex River Plate con un pase al vacío para Julián, que aprovechó un hueco entre los centrales para ponerse cara a cara con el arquero Dominik Livakovic, quien lo embistió al momento de la definición.

Messi, de baja participación hasta ese momento, aislado por la poca tenencia del equipo, inclinó el resultado a favor de Argentina con una ejecución inatajable al ángulo superior izquierdo.

Croacia sintió el golpe de verse en desventaja y la tendencia del juego también cambió en favor de la selección argentina.

Cinco minutos después, Julián tuvo una aparición asombrosa: bloqueó un centro en posición defensiva, recogió la pelota en campo propio, a la altura del círculo central, lideró una contra a pura velocidad y definió ante la salida del arquero tras verse favorecido con dos rebotes ante la marca de Jospi Juranovic y Borna Sosa.

Con un público en estado de delirio, la selección tuvo un crecimiento anímico que casi lo lleva al tercero antes del descanso con un cabezazo de Alexis Mac Allister que Livakovic alcanzó a manotearlo sobre la línea.

El técnico croata Zlatko Dalic se fue al vestuario con la mirada en el piso, meneando la cabeza, incrédulo por cómo el partido le quedó cuesta arriba en tan breve lapso. Las modificaciones ofensivas en el descanso y al principio del segundo tiempo le dieron al equipo más juego por los costados.

Lionel Scaloni respondió con el ingreso de Lisandro Martínez para formar la línea defensiva de 3-5 que ya le dio buenos resultados en esta Copa del Mundo. De esa forma pudo controlar los últimos intentos de Croacia antes de que la semifinal quedara totalmente resuelta gracias a una genialidad de su capitán.

Messi armó una jugada personal por la banda derecha, arrastró la marca de Josko Gvardiol, un duro zaguero de 20 años, y le entregó el tercero a Julián para celebrar de cara al público argentino.

Esta vez el seleccionado argentino no tuvo que sufrir como le pasó con Australia y Países Bajos en instancias anteriores. La amplitud del resultado y los cambios le quitaron ritmo al partido y lo transformaron en una dulce espera del festejo final.

Scaloni hasta se dio el lujo de darle minutos a los futbolistas que hasta ahora no habían jugado: Paulo Dybala, Ángel Correa y Juan Foyth (los únicos que no vieron acción hasta ahora son los arqueros Gerónimo Rulli y Franco Armani).

Argentina cumplió su objetivo: es nuevamente finalista del Mundial y el domingo, “cueste lo que cueste”, como cantaron sus hinchas y los propios jugadores, irá por el sueño de todo el país.

La selección nacional jugará el domingo próximo su sexta final mundialista frente al ganador de la semifinal que hoy jugarán Francia y Marruecos. 

La gran definición será a las 12 en Lusail, donde ayer más de 80.000 seguidores albicelestes, de todas las nacionalidades, deliraron con una eventual consagración.