Boca Juniors es el campeón de la LPF

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En una definición infartante, el xe­neize perdía, lo dio vuelta y fue 2 a 2. Se asustó con un penal de la Acade­mia que Armani tapó en Avellaneda.

Boca Juniors se consagró campeón de la Liga Profe­sional de Fútbol (LPF), tras empatar con Independiente 2-2 en un desenlace “cardía­co” en La Bombonera, que se estremeció ante el penal atajado por Franco Armani en el minuto final de los 90 y el segundo gol del colom­biano Miguel Borja, decisivo para la victoria de River Plate sobre Racing Club.

La nueva consagración xe­neize, segunda del año, entró seriamente en riesgo a los 35’ del segundo tiempo por el gol de Javier Vallejo, que hizo poner toda la atención en el Cilindro de Avellaneda.

Con el 2-2 en La Boca, Ra­cing dispuso un penal para ganar su partido y enfilarse al campeonato pero la ta­pada de Armani generó una explosión, que se registró a mayor escala minutos des­pués cuando Borja senten­ció el éxito riverplatense en el último partido oficial de Marcelo Gallardo.

Con esos invalorables fa­vores de su máximo rival, Boca ratificó su condición de club más ganador en la Argentina, sumó su 35to. título de Liga y segundo de 2022 tras la Copa de la Liga, a la espera de abrochar un tercero en la Copa Argenti­na, cuya semifinal afrontará ante Patronato de Paraná.

El digno Independiente de Julio César Falcioni derri­bó todo tipo de suspicacias y se puso en ventaja en el primer tiempo con un penal de Leandro Fernández (32’), que Boca contestó con la rápida igualdad de Guiller­mo “Pol” Fernández (34’) y el desnivel transitorio con­seguido por el colombiano Sebastián Villa al comenzar la segunda parte (4’.).

Impulsado por el entu­siasmo de su gente, Boca demostró su ambición de ganar en los primeros minu­tos con una postura agresiva, desplegada sobre el campo de un rival que se dispuso para tapar los canales hacia su arco con una línea defen­siva de cinco jugadores.

Con más posesión que profundidad, el local esta­bleció su dominio de inicio y dio un aviso con un tímido disparo de “Pol” Fernández que generó mayor riesgo del previsto por una floja res­puesta de Milton Álvarez.

Independiente mostró sus cartas pasados los 10’, des­pués de enfriar el desarrollo del juego, con disciplina tác­tica para tomar a los dos de­lanteros de Boca con los cen­trales que jugaban al costado de Joaquín Laso y para fijar a Óscar Romero con Alex Vigo sobre la banda izquierda.

Julio Falcioni, conocedor de que Frank Fabra llegaba al límite desde lo físico, recostó por su sector a Damián Bata­llini, a espaldas de un juga­dor como poco oficio para el retroceso como el paraguayo Romero.

Por allí, Independien­te encontró una buena vía para llegar al área de Agustín Rossi y elaboró dos buenas jugadas que forzaron cruces providenciales del peruano Carlos Zambrano.

Sin embargo, la posibi­lidad de lastimar a Boca se le presentó por el costado izquierdo en una incursión de Lucas Rodríguez, que fue derribado por el peruano Luis Advíncula, y derivó en el penal facturado por Fer­nández.

Para la tranquilidad de toda La Bombonera, que reaccionó con estruendo tras la desventaja, Boca se encontró con el empate dos minutos más tarde con un desvío de cabeza de “Pol” Fernández tras una pelota detenida ejecutada con po­tencia y precisión por parte de Óscar.

Con ese envión, el Xenei­ze buscó el segundo tanto que casi consigue en una penetración al área de Fabra, que terminó en un remate centralizado tapado por el arquero.

Ante el discreto primer tiempo de Juan Ramírez, Ibarra decidió apostar por el revulsivo de Sebastián Villa en el segundo tiempo y el resultado no tardó en llegar. Se cumplía apenas el cuarto minuto del complemento cuando el colombiano gene­ró una falta cerca del vértice del área y cobró el tiro libre con un derechazo dirigido que se incrustó contra la red de Álvarez.

La Bombonera liberó ten­siones y desató un ambien­te atronador, que colaboró para que el equipo manejara los tiempo del juego, más aún cuando llegó la noticia del gol de Racing en Avella­neda, a los 10 minutos.

El juvenil Gonzalo Mora­les reemplazó a Vázquez en Boca para ganar mayor pre­sencia en los metros finales y Julio Falcioni (hoy se des­pidió del Rojo) puso al ecua­toriano Juan Cazares con intención de incrementar el volumen de juego.

De inmediato Agustín Rossi se ganó la ovación del estadio con una doble tapa­da.

Independiente consiguió el objetivo de aumentar la tenencia del balón y llegó mejor parado al desenlace de la tarde.

El Rojo sorprendió con el empate luego de un córner a falta de 10 minutos y de inmediato llegaron noticias desde Avellaneda: penal para Racing, atajada de Armani, estallido en La Bombonera y posterior delirio con el gol de Borja, que se gritó como uno de su compatriota Se­bastián Villa.