Solo se jugaron 9’. Hubo enfrentamientos entre la policía y los hinchas locales. Los gases lacrimógenos provocaron un verdadero caos.
El partido entre Gimnasia y Esgrima y Boca Juniors se suspendió definitivamente a raíz de los graves incidentes registrados entre hinchas del conjunto platense y la policía fuera del estadio del Bosque, donde reprimió reprimieron a los aficionados con postas de goma y gases lacrimógenos que invadieron el estadio e hicieron imposible la continuidad del juego a los 9 minutos del primer tiempo, lo que obligó al árbitro Hernán Mastrángelo a dar por concluido el juego.
Ya en la previa en el estadio Juan Carmelo Zerillo, que rápidamente se colmó de gente, se cerraron las puertas y los hinchas y socios del Lobo que se quedaron afuera se enfrentaron con la policía en los distintos accesos del Bosque. Hubo corridas, piedrazos y balas de goma.
De todas maneras el partido comenzó a jugarse, pero no alcanzó a pasar demasiado en el juego.
Solo un tiro libre del paraguayo Óscar Romero, que controló sin inconvenientes el arquero Rey a los 5’.
Tras la suspensión inicial el árbitro ordenó a los jugadores de ambos clubes que se fueran hacia los vestuarios, y luego de una larga espera algunos accesos de las tribunas se abrieron y eso permitió que los hinchas, con muchas mujeres y chicos, comenzaron a ubicarse detrás de las tribunas dentro del predio y otros a saltar hacia el mismo campo de juego.
Los gases lacrimógenos lanzados afectaron a jugadores, cuerpo técnico y terna arbitral, además de los hinchas de las plateas más cercanas a los incidentes. Hasta el defensor de Boca, Marcos Rojo, quien no estaba convocado para el encuentro y fue a acompañar al plantel azul y oro, alcanzó botellas de agua a los fanáticos del Lobo, quienes estaban sufriendo las consecuencias de los gases lacrimógenos.