El parque nacional Iberá exhibe una recuperación del 80 por ciento

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Un estudio con base en las imágenes satelitales constató que el medio ambiente de los esteros se restablece después de los siniestros.

Los incendios que se des­ataron entre fines de diciem­bre de 2021, enero y febrero de este año en la provincia arrasaron con la mitad del parque nacional Iberá y que­maron más de un millón de hectáreas en todo el territorio provincial. Pero a cinco me­ses de esa tragedia medioam­biental, económica y social para los correntinos, comien­za a revertirse, al menos en lo que a la naturaleza se refiere.

Un trabajo de investiga­ción, realizado por el equipo de Datos de TN, a partir de imágenes satelitales y con presencia en el lugar, muestra cómo avanzó el fuego y cómo se fue recuperando parte de la vegetación en los cinco me­ses siguientes.

En el caso de la fauna, en base a los datos preliminares del relevamiento “Transec­tas Iberá” -realizado en for­ma conjunta por el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Coni­cet), la Dirección Nacional de Biodiversidad; el Centro de Investigaciones del Bosque Atlántico (Ceiba); la Dirección Nacional de Parques Nacio­nales, y la fundación Vida Silvestre-, se registraron 275 carcazas de vertebrados que murieron por el fuego.

Además, hubo muchos animales desplazados duran­te semanas de sus hábitats naturales. “Nos topamos con animales corriendo. Vimos carpinchos, víboras -algunas que recién terminaban de alimentarse y no alcanzaban a salir por el peso de la co­mida-, vimos que se destru­yeron por completo proyec­tos como el del guacamayo, a los que se les quemaron los nidos. Era triste entrar al parque y ver todo quemado”, relataron Horacio Verón, que junto a Daniel Sosa, ambos brigadistas, trabajaron incan­sablemente durante semanas para combatir los focos de in­cendio.

Muchos vertebrados e in­vertebrados de poblaciones de fauna silvestre, incluyendo especies amenazadas, no pu­dieron escapar de las llamas, que se apoderaron primero de los pastizales y malezas y, luego de los bosques, hasta alcanzar incluso los esteros, los bañados y los valles alu­viales.

Según el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta), entre enero y febrero en Corrientes se quemaron 1.042.514 hectáreas, lo que representa el 11,7% de la pro­vincia. Sin embargo, la peor parte se la llevó el parque na­cional Iberá: el fuego arrasó con el 48,9% de su superficie (93.976 hectáreas).

“Si bien el impacto fue muy grande, hay fuertes in­dicadores de recuperación”, aseguró Manuel Jaramillo, director de la fundación Vida Silvestre. Las imágenes sate­litales y la constatación en el lugar lo confirman, pero lo que más preocupa son los bosques, tanto cultiva­dos como nativos, a los que les demandará más tiempo regenerarse. Todas las espe­ranzas están puestas en la primavera, cuando la vege­tación podrá mostrar todo su esplendor.

Las imágenes satelitales y los datos recabados en el lu­gar son esperanzadores, pero los especialistas coinciden en que hay que darle tiempo a la naturaleza para que logre su­perar un golpe tan fuerte.

“En estos meses, el ecosis­tema volvió a restablecerse, a restaurarse naturalmen­te, porque está adaptado al fuego, pero la magnitud de estos incendios fue mucho más grave. Bajo los esteros hay muchísima materia orgá­nica y eso se sigue queman­do con el tiempo; por eso, para que vuelva a generarse toda esa vida en ese ecosis­tema, también demandará mucho tiempo”, asegura un informe.