El director técnico se reunió con el consejo de fútbol y su suerte ahora depende de los resultados con Central Córdoba y Corinthians.
El entrenador de Boca Juniors, Sebastián Battaglia, dirigió ayer por la tarde el entrenamiento del plantel y seguirá por ahora en su cargo, después de haber mantenido una charla con Juan Román Riquelme y los integrantes de la Secretaría de Fútbol.
Antes de reunirse con el cuerpo técnico, Juan Román Riquelme se reunió en el gimnasio con los principales referentes del plantel para evaluar la situación.
Los partidos con Central Córdoba, de Santiago del Estero, en menor medida porque dispondrá de un conjunto alternativo por la Copa de la Liga pasado mañana, y el trascendental para el “Mundo Boca” que es el enfrentamiento con Corinthians, en San Pablo, el próximo martes por la Copa Libertadores, pueden ser claves para la continuidad de esta historia.
“Esto es partido a partido”, dijo una fuente vinculada a la dirigencia a Télam, que con esas palabras reflejó que por ahora la continuidad del técnico sigue pinchada con alfileres.
La práctica estaba pactada para las 16 y en ese momento comenzó el cónclave entre el cuerpo técnico y la dirigencia de fútbol del club, mientras el plantel trabajaba en el gimnasio con Alejandro Blasco, el preparador físico alternativo.
Durante 20 minutos dialogaron ambas partes y luego el cuerpo técnico encabezado por Battaglia se fue a una de las canchas del predio de Ezeiza para ponerse a cargo del entrenamiento con la mira puesta en Central Córdoba, el rival del próximo sábado por la decimosegunda fecha del Grupo 2 de la Copa de la Liga.
Todavía no salió a la luz qué se dijo en esa reunión, pero es claro que el técnico volvió a torcer el brazo de Riquelme y compañía, como había pasado después de la derrota frente a Huracán hace un mes, cuando luego se consiguieron los triunfos contra Estudiantes en La Plata y River Plate en el Monumental.
Dato no menor es el apoyo del plantel hacia el cuerpo técnico y eso también pesó en la continuidad del entrenador.
Los jugadores el miércoles por la noche, en pleno vestuario hicieron una autocrítica muy fuerte, un “mea culpa” duro, en donde se hicieron responsables del mal momento del equipo.
Sin duda en el debe de este proceso está que nunca pudo mantener una línea de juego y el permanente cambio de jugadores, ya que de 36 encuentros que dirigió, en 35 de ellos no repitió el mismo equipo titular.
A su favor está el pasado como jugador en el club, puesto que es el más ganador de la historia xeneize con 18 títulos y nadie quiere tener el costo político de despedirlo sin darle una última oportunidad.
Nadie olvida que a diferencia de su antecesor en ese puesto, Miguel Ángel Russo, elegido por Riquelme en su momento, Battaglia estuvo antes de que ganaran las elecciones en diciembre de 2019 apoyando a esta dirigencia.
El ahora técnico de la Primera estuvo codo a codo con los integrantes de la Secretaría de Fútbol mirando las pizarras en el escrutinio de votos aquella noche en el salón “Juan de Dios Filiberto”, debajo de las tribunas de La Bombonera.
Y para él estaba reservada la dirección técnica de la Reserva, lugar en el que estuvo durante un año y medio, con la proyección de ser en algún momento el técnico de la Primera División, como así ocurrió hasta estos días.