Entre los efectos de la crisis entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner está el abroquelamiento de los gobernadores oficialistas. Con el Presidente y la vice sin hablarse, los mandatarios decidieron relanzar la Liga de los Gobernadores, como un espacio para guarecerse de la interna nacional del Frente de Todos, a la vez que evalúan para 2023 el eventual desacople de las elecciones distritales con la nacional.
Una docena de gobernadores oficialistas estuvo días atrás en la Caba para refrendar su apoyo al Gobierno nacional, en la puja por los fondos federales con el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta. Los gobernadores se reunieron con Juan Manzur y Wado de Pedro. Les expresaron, en buen tono, su preocupación por la fallida lucha contra la inflación. Los gobernadores aprovecharon la reunión en el Consejo Federal de Inversiones para definir sus prioridades en el convulsionado escenario de internas.
El riojano Ricardo Quintela lo dijo al terminar el cónclave del que participaron Axel Kicillof, Perotti, Alicia Kirchner y Julio Zamora, entre otros: “El lunes vamos a ver si podemos constituir la Liga de Gobernadores”, anunció. Definió también el objetivo: “Una base de sostén del Presidente y la vicepresidenta, para fortalecer el esquema político de la Nación y para acercar sugerencias, visiones e ideas, y, por qué no, programas y proyectos para frenar el proceso inflacionario”.
Por ahora los gobernadores pusieron una pierna en cada lado de la grieta del FDT. Tienen la esperanza de que esta no se agrande. Lucas Romero, de la consultora Synopsis, entiende que “para los gobernadores, la pelea Alberto-Cristina es tremendamente riesgosa”. Explica que los mandatarios “sufren cuando el kirchnerismo les plantea alternativas en sus distritos y les divide la base electoral. La estrategia dominante de los gobernadores va a ser desentenderse de esa pelea”.
En el entorno del presidente Fernández cuentan a la mayoría de los gobernadores oficialistas del lado de la Casa Rosada, como una parte más del albertismo, junto a la CGT y a algunos movimientos sociales, como el Evita.
Romero discrepa con esta configuración política: “Si algunos piensan que los gobernadores pueden ser el sostén político en la pelea con CFK, se equivocan. Pensemos cuál va a ser la estrategia dominante de los gobernadores y encontraremos que será desdoblar las elecciones”. Según analiza, los gobernadores “no van a comprometerse y poner en juego su reelección o su sucesión, no van a arriesgar a jugarse por un Gobierno nacional que va a llegar con su competitividad electoral al límite en 2023, siendo optimistas”.
“El año que más desdoblamientos hubo fue en 2019”, recuerda Romero. Cuando se resolvieron los calendarios provinciales, aún estaba verde el armado del Frente de Todos; nadie entonces hablaba de la fórmula Fernández-Fernández, con Sergio Massa como aliado.
“De las 23 provincias (Corrientes tuvo comicios legislativos locales y Santiago del Estero elige gobernador en años pares), solo cuatro sincronizaron su elección a gobernador con la nacional: la Caba, Buenos Aires, Catamarca y La Rioja, las dos primeras para sostener la candidatura de Macri”, agregó.
“Con el panorama de crisis social y económica, la estrategia de los gobernadores hoy es desacoplar las elecciones”, recalcó Romero.s
Cumbre de gobernadores en el CFI: recursos para las provincias
Se reunirán el martes en Buenos Aires, con el objetivo de empoderar al interior y presionar al porteñismo por los recursos. Un grupo heterogéneo de 19 gobernadores se reunirá en el inicio de la semana en la sede del Consejo Federal de Inversiones (CFI). Ya comprometieron su presencia mandatarios del Frente de Todos (FdT) y Juntos por el Cambio (JxC). El cordobés Juan Schiaretti también está invitado. No concurrirían el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, ni las autoridades de Mendoza, Rodolfo Suárez, y Río Negro, Arabela Carreras.
El cónclave, que se realizará en el CFI, apunta a imprimirle una visión más federal a la política, para así, en conjunto, pelear recursos al Gobierno central. En ese desafío no hay peronistas y no peronistas, porque estarían presentes mandatarios radicales, como el jujeño Gerardo Morales, y el correntino Gustavo Valdés.
“Hay una mirada porteña muy sesgada”, renegó un funcionario de primera línea de la región Centro. Y sostuvo que “ese análisis es compartido en las provincias: ante una política regida desde Buenos Aires, es un buen momento para plantar bandera”.
Hay un 2023 a la vuelta de la esquina y, además de la pelea por recursos, impone condiciones el escenario electoral. En ambas coaliciones está todo muy revuelto. Por ese motivo los mandatarios y la gobernadora de Santa Cruz, Alicia Kirchner, volverán a encontrarse. Uno de los mandatarios anotados, consultado por la letra P, se entusiasma con que el bloque sirva para proyectar el armado de una liga que compita con fuerza propia en las presidenciales.
A fines de marzo 17 gobernadores y dos gobernadoras, todas las provincias salvo las administradas por Schiaretti y JxC, le enviaron una carta a la Corte Suprema para advertir “las graves consecuencias” para el federalismo que acarrearía un fallo favorable a Larreta en la discusión por la coparticipación federal por el traspaso de la Policía Federal. Ahí arrancó la sintonía fina entre los distritos. De la disputa por fondos se pasó a la defensa del federalismo y de ahí a la imaginación de una liga.
El lunes próximo Schiaretti y sus pares de Santa Fe, Omar Perotti, y Entre Ríos, Gustavo Bordet, se encontrarán en el marco de la decimoquinta reunión de la región Centro, un espacio institucional que apunta, también, a vender federalismo. No sería extraño que durante el cónclave el trío hiciera un llamamiento a los gobernadores enrolados en el Norte Grande, el eje regional que integran Misiones, Santiago del Estero, Tucumán, Formosa, Jujuy, Catamarca, La Rioja, Chaco, Corrientes y Salta.
De concretarse, significaría la unión de 13 gobernadores para disputar, en conjunto, obras y fondos para 2023.