La Confederación de Entidades de Comercio de Hidrocarburos Afines de la República Argentina tiene un referente y es correntino. Se trata de Carlos Gold, quien se refirió ayer a la sorpresiva medida aplicada desde YPF, que se tradujo en una suba en los precios de los combustibles del 9 por ciento.
El empresario reconoció que se enteró en la noche de este martes 1, respecto a la medida de la petrolera de bandera oficial. Y ello repercutió en las demás firmas expendedoras que sacudieron este miércoles los bolsillos de los propietarios de vehículos.
No fueron un hecho menor, algunas de las consideraciones de Gold, en cuanto a lo que representó este incremento. Sobre todo, en lugares como Corrientes, que cuenta con las naftas más caras del país, formando parte además de la región más pobre de la Argentina.
“Se sabía que la situación era insostenible”, dijo el integrante de la Confederación de estacioneros. Y calificó este 9 por ciento como “un paliativo”. De esta manera, se ocupó de remarcar que “los porcentajes de costos son contundentes. Tuvimos -el año pasado- una inflación del 50 por ciento; el costo de nómina es de alrededor del 60 por ciento de las erogaciones, con incrementos salariales en torno al 55 por ciento y un 26 por ciento de aumento de costos”.
Gold deslizó lo que podría leerse como el horizonte que perseguirán las expendedoras de combustibles, en cuanto a la escalada que se prepara para este 2022. La estimación de incremento para cubrir los costos “debía ser del 28 por ciento”, aseveró, recordando que “desde el 16 de mayo de 2021 los costos se venían absorbiendo, con el precio congelado”.
Apuntó que también tenían limitaciones de abastecimiento y que debían importar combustible, lo que iba a significar la aplicación de aumentos en las pizarras. “Preferimos no vender a tener que subir 20 pesos por litro el valor de pizarra”, subrayó.
Para Gold, los aumentos escalonados deberán aplicarse sistemáticamente para, además, cuidar «la estabilidad del sector. Desde hace un mes la situación no daba para más. Hay estaciones que están viviendo un momento de urgencia», aseveró. “Desde Nación ya se nos anticipó que los valores se iban a incrementar en breve. Está lejos de una solución y el valor está muy rezagado”, insistió, para anticipar lo que aún falta por reacomodar. “Ojalá esto también recomponga la reposición normal del producto desde las petroleras y se garantice el stock”, agregó.
Valores que sacudieron bolsillos
La medida la aplicó YPF en la noche de este martes. Ayer, las demás banderas fueron haciendo lo propio. Fue so pretexto del denominado “plan de crecimiento para 2022 en un contexto de prudencia financiera y en el marco de la evolución de los últimos meses de ciertas variables macro locales e internacionales”.
Ello se tradujo en los precios que, en Corrientes, representaron un golpe a los bolsillos. Se trata de una de las provincias más pobres, que paga el combustible más caro del país.
De esta manera quedaron los valores en YPF:
-Nafta súper, a $103,90.
-Nafta premium, $122,10.
-Gas oíl, $96,60.
-Gas oíl premium, $122,20.
Tremendo impacto directo
Cada vez que se aplica un “retoque” en la escala de precios en los diferentes combustibles, todos los rubros de la economía local reciben una embestida directa.
La poco variada matriz del transporte de productos en la Argentina, con zonas como el Nordeste, desprovistas de trenes o rutas pluviales comerciales, sometidas al designio de los costosos camiones duplican el impacto de medidas como la suba de precios en las naftas. Inmediatamente, se observan rubros como el de las frutas y hortalizas, así como el de la carne, que traducen el nuevo índice de costos (obligado por los combustibles) a las góndolas.
De esta manera, solo resta por ver cuánto subirán los precios las distintas actividades comerciales. Ello se da una semana después de que en verdulerías y fruterías se advirtieran incrementos del 50 por ciento.