La obsesión de Canteros: un salto involutivo que reinstala la confrontación

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Obsesionado con retener alguna cuota de poder ante la imposibilidad legal de continuar al frente del Senado, el vicegobernador Gustavo Canteros se lanzó a una carrera de final abierto por la intendencia capitalina sin el aval de ECO y con el agravante de que su aspiración representa un salto involutivo para la ciudad capital, por cuanto tiende a romper la armonía institucional lograda por las actuales administraciones provincial y municipal.


El lanzamiento de Canteros acaeció en medio del desconcierto de miles de correntinos absortos ante la evidencia de que su declamada lealtad a la coalición gobernante no era más que un posicionamiento fruto de la conveniencia coyuntural. Es que el ahora autoproclamado candidato a intendente reintroduce la conflictividad política en la relación Provincia-Municipio, un disvalor que Gustavo Valdés y Eduardo Tassano habían logrado superar después de 20 años de desencuentros entre ambas jurisdicciones.
La postulación del vicegobernador, presentada un día después de la unción formal de Valdés y Tassano, constituye una señal cuando menos confusa, dado que el actual vice sigue insistiendo con su pertenencia a Encuentro por Corrientes pero al mismo tiempo, en el acto realizado en el Hotel de Turismo, hizo gala de una colección de apoyos partidarios entre los que predominan agrupaciones políticas filoperonistas o lisa y llanamente kirchneristas.
Canteros, el único vicegobernador que reincidió el cargo por dos mandatos consecutivos como miembro de ECO, había anticipado sus intenciones en el seno de la alianza oficialista, pero nunca logró el respaldo orgánico de ese espacio. Decidió entonces ensayar una jugada individual y convocó a un puñado de partidos de escasa relevancia electoral para mostrar avales de dudosa legitimidad entre los que sobresale un surtido de sellos de raigambre justicialista.
Los partidos o agrupaciones que habrían decidido acompañar al actual vicegobernador en su proyecto personal son Cultura, Educación y Trabajo, relacionado con el Sindicato de Camioneros; Partido Nuevo País, Tercera Posición, Proyecto Popular, CAPO (del sector radical K de Nito Artaza) y la Ucedé. Una lista de símbolos partidarios de escaso conocimiento público que funcionan como satélites del kirchnerismo para engordar proclamas pero sin predicamento en la sociedad correntina.
Otro punto que llamó la atención del lanzamiento de Canteros fue el presunto padrinazgo de algunos partidos pertenecientes a Encuentro por Corrientes, una ilusión que duró solamente algunas horas, hasta que las máximas autoridades de esas fuerzas salieron a desmentir su participación en la quijotada canterista. Entre ellas, aclararon que no comulgan con las aspiraciones del vicegobernador el MID y el Partido Conservador Popular.
A todo esto se suma el salvavidas de plomo que representa el Partido Compromiso Correntino, del ex legislador Manuel Sussini, inmerso en una grave causa judicial por abuso; y la presencia de sellos que en lo formal siguen siendo parte de ECO, pero que se encaminan a una sanción disciplinaria que podría derivar en la expulsión de la alianza, como es el caso del Partido Federal, Unión Celeste y Blanca y el Partido Fe, algo así como el brazo político del gremio Uatre. Igual destino podría enfrentar Proyecto Corrientes, el otro partido suscriptor de la candidatura, liderado por el propio Canteros.
La irrupción de una candidatura no avalada por ECO, en contraposición de la estrategia trazada por el gobernador Valdés, no sólo representa un acto de indisciplina grave en el seno de la formación gobernante sino que viene a ser un salto hacia atrás, pues recrea la confrontación que existió hasta la actual administración entre la esfera provincial y la principal ciudad correntina.
Valdés y Tassano forjaron un ámbito de trabajo en constante colaboración mutua, lo que permitió avances históricos en el desempeño de los Estados provincial y municipal. Esto en razón de sus coincidencias políticas y metodológicas, lo que se tradujo en el buen manejo de la pandemia y en un agresivo programa de obras públicas que benefició a la capital (el más importante en los últimos 50 años).
La conjunción de ambas gestiones redundó en mejoras en la calidad de vida de miles de ciudadanos, por lo que intento de Canteros resulta comparable al caballo de Troya: se presenta con aires de benevolencia, pero en realidad viene a erosionar las bases de sustentación de la alianza gubernamental.
En especial porque una de las fortalezas de Encuentro por Corrientes a la hora de ganar elecciones ha sido, desde siempre, la planificación sincrónica de cada movimiento, lo que convierte a Canteros en un outsider condenado a la intemperie política. Por eso, no es casual que en las últimas horas el gobernador haya decidido limitarlo del gabinete.