Kirchnerismo desesperado y al borde de un ataque de nervios

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Una vez más, una de las clásicas espadas de Cristina Fernández arremete contra la justicia. ¿Miedo ante una posible derrota electoral este año?

Ante la solicitud de varios referentes del kirchnerismo, que la última semana pidieron por la “libertad” de Amado Boudou (condenado, con prisión domiciliaria y a punto de volver a la cárcel), Elisa Carrió aseguró que en el espacio de CFK hay miedo. Para la fundadora y referente de Juntos por el Cambio, que se postulará nuevamente por una banca en el Congreso, en el cristinismo duro hay pánico por un resultado adverso en las elecciones de este año. En la opinión de “Lilita”, la desesperación los lleva a la búsqueda por la impunidad, ya que en cualquier momento podría ser demasiado tarde. Lo cierto es que, lamentablemente, en Argentina la justicia mira demasiado al clima político y al resultado de las elecciones.

Con la Corte Suprema en pie de guerra con la vicepresidente, una de las espadas de Cristina Kirchner en diputados volvió a arremeter contra el máximo tribunal y pidió por una reforma total del sistema judicial. “No creo ni en la amnistía ni en los indultos. Hay que seguir por la vía judicial”, aseguró esta tarde Leopoldo Moreau, que propone ir por los jueces y fiscales que complicaron al kirchnerismo desde los tiempos del macrismo. Para el legislador K, que fue expulsado del radicalismo por traición al partido, durante la gestión de Mauricio Macri hubo una “persecución” política y judicial a los funcionarios vinculados a Cristina, que todavía no cesa a pesar de la victoria de Alberto Fernández:

«La persecución política contra militantes y dirigentes de la experiencia kirchnerista persiste en la Argentina a pesar del triunfo popular en las últimas elecciones», resaltó.

Decidido a redoblar la apuesta contra el Poder Judicial, el hombre de CFK en la Cámara Baja aseguró que el problema de que en Argentina no haya justicia “es la Justicia”. Para el legislador, las causas que le quitan el sueño a los funcionarios de la primera experiencia kirchnerista “son una porquería” y el ministro de la Corte Suprema Ricardo Lorenzetti “fue un cómplice activo de la persecución política”.

En la opinión de Moreau, en lugar de resignarse con la idea de un indulto, el oficialismo debe continuar con los reclamos en la Corte Interamericana de Derechos Humanos, donde buscarían demostrar la inocencia de los exfuncionarios y la parcialidad del Poder Judicial, supuestamente encaprichado contra los dirigentes kirchneristas.

Lo cierto es que las palabras del legislador no tienen demasiado peso y no son más que una expresión de deseo. Pero Moreau, junto a otros referentes del cristinismo, le sirven a la vicepresidente para instalar temas en la opinión pública, más allá del éxito que pueda tener cada uno de los intentos. Desde hace varios meses, el fusible de Cristina para despotricar contra la justicia y la Corte de la manera más burda es el diputado en cuestión.