Maradona, el mejor jugador del mundo pero también cómplice de la barbarie socialista

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Aunque el mundo reconocerá hoy sus logros deportivos, es justo también reparar en su irresponsabilidad social y política.

«Fatigado, excedido de peso, con temblor en las manos y serias dificultades motrices, el exastro hizo su presentación en ‘el lobo’ como técnico de Gimnasia y Esgrima de La Plata. Allí, otra vez los medios de comunicación se rindieron ante la gloria máxima del fútbol argentino. Sin embargo… ¿alguien puede pensar que este hombre está en condiciones de dirigir a un plantel profesional? La respuesta parece obvia, pero es un secreto total y absoluto. Parece haber un código o un tabú que impide decir en voz alta que todo esto es una locura”.
Cuando Diego Armando Maradona hizo su debut como director técnico en Gimnasia, la indignación periodística que me invadía era absoluta. Lo que veían mis ojos se contradecía con todo lo que decían los medios. Mientras que los periodistas hablaban de la nueva aventura futbolística del “10”, yo veía a un hombre que no podía hablar ni mantenerse en pie. Pero Argentina decidió mirar para otro lado y festejar a su más grande gloria futbolística.

Lo cierto es que el morbo general lo estaba usando de la peor manera. Como él fue cómplice de las salvajadas de los líderes de izquierda de la región, su entorno y los admiradores incondicionales también fueron responsables de lo que pasó hoy.

El deseo de verlo en la cancha, aunque sea en el banco de suplentes, las ganas de una foto con él en un estadio y el interés de la dirigencia de Gimnasia, que contrató a un incapaz (sí, incapaz) también lo llevaron a Maradona a la tumba. La impresión que sentí hace más de un año, al ver a un pobre hombre que no podía mantenerse en pie, fue más real de lo que me hubiera gustado.

Su muerte, según los primeros trascendidos vinculada a una cuestión cardíaca, se desencadenó luego de una caída y una lesión en la cabeza que requirió una cirugía hace pocos días. Su malestar general seguramente colaboró en la precipitación del deceso.

El excampeón del mundo tenía que estar haciendo otra vida, en otras circunstancias. Sus hijas advirtieron esto en las redes sociales muchas veces: Maradona no era capaz de cuidarse solo.  Su entorno, que lo exprimió hasta la última gota, seguramente tuvo bastante que ver con un final tan triste como previsible.

Seguramente la muerte del excampeón del mundo de 1986 ponga bajo la lupa la irresponsabilidad de mucha gente que usó a una persona vulnerable. Lo que probablemente se pase por alto es la responsabilidad de Maradona respecto a la muerte y el sufrimiento de muchos inocentes bajo el yugo del Socialismo del Siglo XXI.

Déspotas como Hugo Chávez, Cristina KirchnerFidel Castro, Nicolás Maduro, Rafael Correa o Evo Morales, han podido consolidar su poder no solamente en base al dinero del Estado y al monopolio de la fuerza. Estos regímenes nefastos han podido mantenerse en pie también por el apoyo incondicional de mucha gente pública que los ha favorecido, operando como populares formadores de opinión. Los idiotas útiles entre los famosos (en palabras atribuidas a Lenin) hacen continuamente un aporte no menor para “lavarle la cara” a los gobiernos autoritarios en América Latina.

Pensando en voz alta, no sé si Maradona tenga un lugar entre los “idiotas útiles”, ya que el término hace referencia a los antiguos simpatizantes ad honorem de la Unión Soviética en Occidente. Sería injusto catalogar de “rentado” a Maradona, debido a que no podemos juzgar sus intenciones, pero lo cierto es que el astro cobraba suculentos contratos, como por ejemplo con la cadena TeleSUR, para la que hizo programas y comentó mundiales.

Aunque parezca que poco tiene que ver, la acción irresponsable del exjugador está atada inevitablemente a tanto sufrimiento de miles de víctimas inocentes. En el mismo sentido, los que disociaron la realidad de Maradona y lo pusieron donde estuvo los últimos meses, en nombre del interés económico y el fanatismo emocional, también son en parte responsables de su temprana partida.

Escribir estas líneas en un día doloroso para sus familiares, amigos y millones de admiradores en todo el mundo es complicado. Pero lo hago porque seguramente nadie más lo hará. Como cuando dije que era una locura total que Maradona se haga cargo de la dirección técnica de un equipo de la máxima categoría del fútbol argentino hace un año, en semejante estado físico y mental.

En fin, gracias por las alegrías deportivas y descanse en paz.

Por Marcelo Duclos para PanamPost