Por estas horas, Cristina Fernández de Kirchner sufre su primer dolor de cabeza judicial importante desde que recuperó el poder en Argentina
En los últimos días el kirchnerismo estuvo muy a contramano con la justicia argentina. La Corte Suprema aceptó el per saltum suspensivo solicitado por los jueces Leopoldo Bruglia, Pablo Bertuzzi y Germán Castelli y el Frente de Todos estalló.
Resulta que la mayoría automática de Cristina Fernández de Kirchner (CFK) en el Senado había decidido mandar a los magistrados a su cargo de origen, ya que consideraron que el macrismo los llevó «a dedo» a los tribunales de Comodoro Py. Lejos de haber una cuestión principista y legalista, seguramente la cosa pasa por otro lado: los jueces mencionados habían encontrado responsable a la vicepresidente de cohecho pasivo en 175 casos en la corrupción de la obra pública.
En la tarde de hoy, la Cámara Federal de Casación Penal confirmó el procesamiento en cuestión contra CFK y, por primera vez desde su retorno a lo más alto del poder, la vicepresidente sufre un duro traspié en la justicia. El caso de la «cartelización» investiga el presunto sistema ilegal entre 2003 y 2015 para «recaudar fondos con el fin de enriquecerse ilícitamente». Además de los funcionarios procesados y condenados, como el exministro de Planificación Federal, Julio de Vido, varios referentes del mundo empresarial quedaron también bajo la lupa. Por esta causa, CFK sufre un embargo de 200 millones de pesos.
La investigación, que parte de la presentación periodística y judicial de los famosos «cuadernos», sigue el camino de los pagos de coimas en el universo de la obra pública argentina de los años K. Según el arrepentido Oscar Centeno, exchofer de los funcionarios de Planificación Federal que documentó todos los procesos que luego se hicieron públicos, los bolsos con el dinero de la corrupción llegaban hasta el mismo dormitorio de Kirchner.
Según el financista Ernesto Clarens, que también colaboró bajo la figura del arrepentido, uno de los mecanismos era el adelanto, el retorno y el cambio a moneda extranjera. Si había una licitación con un adelanto del 20 %, la empresa tenía que dejar un pago equivalente al 10 % (en efectivo y un pago). Si se trataba de dólares o euros, mejor. Si no había otra que pesos, las monedas emitidas por el Banco Central argentino eran cambiadas por divisas extranjeras. Una vez que Clarens tenía el dinero listo, se encontraba con el exsecretario de Néstor Kirchner, el fallecido Daniel Muñoz. Las entregas, según la propia declaración del arrepentido, se realizaban en una habitación del Hotel Panamericano o en el mismo hall del edificio donde vive Cristina en el barrio de Recoleta. En su declaración, Clarens reconoció que Muñoz se quejó por el espacio que ocupaban los bolsos y le pidió que, en lo posible, consiga billetes de 500 euros, que ocupaban menos lugar.
Mientras tanto, Cristina aguarda la continuidad del proceso enojada y desde su entorno acusan a la Corte y a los camaristas de actuar «bajo presión mediática y de la oposición». Alberto Fernández hace silencio.
P.P.