Corrientes, en la mirada nacional por ser la primera del país en entrar en la fase 5

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Varios canales de televisión llevaron a la pantalla el logro local en esta nueva etapa del aislamiento social, preventivo y obligatorio, alcanzado por las medidas que evitaron la propagación del covid-19 en la provincia.

Un logro impensado hace poco más de dos meses alcanzó Corrientes: es la primera provincia argentina en entrar en la fase 5 del aislamiento social, preventivo y obligatorio, en el marco de la pandemia por la covid-19, lo que significa un respiro para la población tras 60 días de confinamiento. 
 Ahora, en Corrientes se puede, de forma paulatina y continuando con todas las medidas de prevención, ir a un bar a cenar o reunirse con amigos y con la familia. Esta realidad no fue fácil para el Estado, que se encargó de implementar todo lo que pudo para evitar la propagación del virus, ni para la sociedad, que por más de 60 días estuvo confinada o gran parte de ella.

“No ganamos la guerra aún”, se mostró cauto el gobernador Gustavo Valdés, el lunes, al anunciar con firmeza que en Corrientes no hay casos activos del nuevo coronavirus. Pero sí es motivo de alegría para el pueblo local, ya que sin dudas una batalla trascendental contra la pandemia fue victoriosa para los correntinos. 
“Aún resta mucho”, marcaron las autoridades y es que la planificación de estrategias continúa. El temor por la covid-19 sigue latente. 
Lo cierto es que este resultado no fue por casualidad: un gran equipo de especialistas en infectología y, la muñeca del gobernador a la hora de tomar decisiones en esta pandemia trajeron resultados positivos.
Transcurría mediados de marzo cuando, de pronto, de un día para el otro, todo se cerraba. Ya no había comercios, las clases estaban suspendidas, las oficinas públicas sin atención y la población ya casi no se podía salir de sus casas. El escenario era poco prometedor y, en simultáneo, a diario los medios de todo el país se hacían eco de cómo el virus ganaba terreno y, en su paso, acumulaba muertes. 
En este contexto, no es difícil deducir que la toma de decisiones no fue fácil para el Estado. Cómo hacer para mitigar el impacto del virus, cómo ganarle a la pandemia, fueron seguramente algunas reiteradas preguntas que puertas adentro del Gobierno se plantearon las autoridades.
De a poco, día a día, comenzaron a implementarse estrategias: la conformación de un Comité de Crisis por Coronavirus (integrado por especialistas en las ciencias médicas), líneas de atención sanitaria para evitar que las personas salgan de sus casas, el bloqueo edificios y hasta incluso de todo un barrio y las constantes sirenas que indicaban que en algún punto de la ciudad se había activado el protocolo por coronavirus, eran constantes en esos primeros tiempos. Pero todo eso trajo un alivio a la sociedad.

Luego comenzaron a venir mejores noticias. Comenzaba mayo y el gobernador Valdés inauguraba un hospital exclusivo para los pacientes contagiados, montado en solo 60 días; la llegada de respiradores a la provincia y hasta el ensamblaje de esos equipos en Corrientes ya comenzaban a pintar un panorama más colorido.
La planta de medicamentos de Corrientes (Plamecor) reforzaba su producción de insumos como alcohol glicerado y en gel y otros sanitizantes. 
El Laboratorio Central sumó equipos para realizar en suelo correntino los diagnósticos de covid-19 y la disposición de dos aviones sanitarios equipados con equipos de última generación para trasladar a pacientes desde cualquier punto de la provincia eran  otros de los logros alcanzados por la administración de Valdés.
Y así, el lunes pasado, se confirmó que la provincia quedó con 78 casos y la totalidad de esas personas ya están recuperadas. No está todo dicho, el virus puede volver. La situación de países fronterizos y la interacción con Chaco, pueden tener sus consecuencias en cuanto a nuevos contagios.
La covid-19 puede volver, pero las armas ya están cargadas para enfrentarla, de hecho, es inminente la inauguración de otro hospital para pacientes: esta vez, para los privados de su libertad. 
El Gobierno ultima los detalles de este centro que se erige en San Cayetano y no es para menos: la Unidad Penal Nº 1 fue un foco de contagios, semanas atrás.