El gobernador de la provincia del Chaco Jorge Capitanich anunció este viernes que frente a la terminación de la “Fase 4” de cuarentena obligatoria, se vuelve a la fase 3 porque “no podemos permitir lo que está ocurriendo ahora” en relación a los 700 casos de COVID 19 que se detectaron en esa provincia que ya provocaron 39 fallecimientos. “Retrocedimos y debemos volcewr a fase 3” tuvo que admitir el ex jefe de gabinete nacional en la conferencia de prensa ofrecida en el salón Obligado de Casa de Gobierno.
Capitanich se resistía a dar marcha atrás en la flexibilización que había dado a la cuarentena en Chaco, y hasta el intendente de Resistencia Gustavo Martínez le había solicitado volver a endurecer los controles y medidas sanitarias para frenar la epidemia en la provincia.
Ahora el gobernador chaqueño detalló que los controles se aplicarán “con mayor dureza”, lo cual vinculó con la suspensión de transporte de pasajeros, y adelantó que se incitará la “suspensión de pagos y cobros que impliquen aglomeración de personas”.
“Vamos a extremar los controles de personas y vehículos y vamos a incrementar los mecanismos de control inteligente para saber dónde se registran los casos, con drones, y bloqueos focales”, subrayó Capitanich.
La provincia del Chaco acumula un total de más de 700 personas contagiadas con COVID-19, entre las que se ubican 303 altas médicas y 39 fallecimientos, el último confirmado en la tarde del viernes.
En los últimos días se sumaron nuevos casos de contagios en las localidades de Sáenz Peña, Tres Isletas, Colonia Benítez y Las Garcitas, lo que no sólo indica que el virus ya salió más allá del ámbito del gran Resistencia sino que llegó al interior provincial. Esto, sumado a las presiones internas y a las recomendaciones de los expertos llevó a que se decidiera el endurecimiento de la cuarentena obligatoria tanto en la Capital como en varios municipios del interior.