El aislamiento social, preventivo y obligatorio por el covid-19 impidió que la feligresía correntina rindiera culto al sagrado madero y celebrara el 432 aniversario de aquel suceso milagroso. No obstante, en su homilía, el arzobispo de Corrientes pidió rezar por el personal de salud y los enfermos.
Las tradicionales luminarias se encendieron el sábado por la noche para indicar que así, y en tiempos de aislamiento social preventivo ante el covid-19, iniciaban las celebraciones en honor a la Cruz de los Milagros. En las ventanas o veredas de un sinnúmero de casas capitalinas, humildes cirios honraban al centenario madero, pero también simbolizaban el cierre de las celebraciones por el Mes de Corrientes el cual, sin dudas, marcará un hito en la historia a raíz de la modalidad virtual en que se concretó.
Ayer por la tarde, en la iglesia La Cruz, ubicada en el corazón del barrio del mismo nombre, se llevó a cabo una misa presidida por el arzobispo de Corrientes, Andrés Stanovnik, de la que participó un puñado de colaboradores. De esta manera, este oficio religioso revistió características inéditas ya que, por primera vez, no se concretó la tradicional procesión por las calles aledañas; y los fieles no pudieron concurrir al templo para participar del mismo.
La feligresía correntina se unió a las transmisiones de la celebración para así conmemorar esta festividad en particular, además de la consagración simultánea y súplica a la Madre de Itatí “por el fin de la pandemia del coronavirus y el mal del dengue”, la que además fue replicada por los obispos de Goya, Adolfo Ramón Canecín; y de Santo Tomé, Gustavo Montini.
Con estas particularidades, se honró a la Cruz de los Milagros en su aniversario número 432. En esta oportunidad, también las redes sociales volvieron a jugar un rol fundamental para hacer llegar el oficio religioso a miles de hogares para hacer partícipes a los devotos ya que la celebración fue transmitida a través de las cuentas de Facebook: Arquidiócesis Corrientes, Compartiendo Vida Equipo Televisivo Arquidiocesano; y por Youtube: Misa TV ArzCorrientes; y por radio: FM San Cayetano, 102.5MHz.
“Descubrir la riqueza de estas circunstancias”
Durante la homilía pronunciada por monseñor Stanovnik ante la Cruz de los Milagros, el arzobispo reflexionó sobre la necesidad de comprender las limitaciones preveventivas adoptadas por las autoridades nacionales y provinciales como medidas preventivas para evitar el contagio del covid-19. “La situación atípica en la que nos colocó la pandemia nos obliga a permanecer en nuestras casas, como la mejor respuesta sanitaria para evitar cualquier posible contagio. De este modo, el espacio físico de nuestra celebración quedó hoy limitado a algunos metros cuadrados de nuestros domicilios, nada si los comparamos con los que recorríamos alegres y piadosos por las calles de nuestra ciudad. La realidad nos impuso un espacio nuevo y una modalidad distinta de llevar a cabo nuestra fiesta patronal. Digamos, por el momento, que lo que nos toca vivir hoy no es ni mejor ni peor que lo de otros tiempos, es simplemente una realidad provocadora y distinta, como sucede con tantas situaciones inesperadas y sorpresivas a las que nos enfrenta la vida. Todo depende de cómo asumimos la realidad con sus posibilidades y sus límites”, indicó.
En esa línea, puntualizó que: “Frente a los límites que nos impone la realidad, podemos reaccionar de un modo positivo o negativo”.
“Una manera negativa es lamentarnos y dejarnos invadir por la tristeza y la depresión; o también reaccionar violentamente intentando romper los límites y alcanzar una libertad a cualquier precio. En cambio, el modo positivo es respetar los límites y esforzarnos por descubrir toda la riqueza que hay dentro del estrecho margen en el que nos colocó la realidad. Trabajar allí con paciencia los vínculos con nuestros semejantes y con ellos ir alcanzando una libertad cada vez más amplia y creativa, que respete la diversidad del otro y de la naturaleza. Una respuesta así es fácil enunciarla, pero es sacrificado asumirla y perseverar en ella”, precisó el pastor de Corrientes.
Asimismo, hizo un llamado a la feligresía par que “también nosotros, escuchando el potente y gozoso anuncio de Jesucristo, que ha vencido el pecado, la muerte y el mal por el camino de la Cruz, nos hagamos la pregunta: ¿qué debemos hacer? Y como respuesta nos dispongamos a renovar nuestra fe, dejando atrás una vida de pecado, para consagrarnos a hacer el bien, siempre y en todas partes”.
A lo que agregó: “La pandemia y el dengue, con sus elocuentes mensajes de que somos frágiles y vulnerables, nos deben llevar a una mayor solidaridad y cuidado entre todos, y juntos proteger el lugar que habitamos, independientemente de la fe que profesemos”.
Consagración
Minutos antes de finalizar la santa misa en honor a la Cruz de los Milagros, monseñor Stanovnik se dirigió a la imagen de la Virgen de Itatí que interceda ante el Padre, “María, haz que nos libere de esta difícil situación”, dijo.
Esta consagración hecha junto con los obispos de Goya y Santo Tomé, está en línea con la realizada por el papa Francisco en el mes de marzo en el Vaticano, cuando también realizó una oración por el covid-19:â“Señor, bendice al mundo, da salud a los cuerpos y consuela los corazones. Nos pides que no sintamos temor. Pero nuestra fe es débil Señor y tenemos miedo. Mas tú, Señor, no nos abandones a merced de la tormenta”.
Oraciones y altares en el hogar
A partir del momento en que las autoridades nacionales y provinciales decretaron el aislamiento social y preventivo ante el covid-19, la iglesia correntina suspendió todas las celebraciones, entre las que se incluyeron las de Semana Santa.
Para ello, en el caso concreto de la Arquidiócesis de Corrientes, se solicitó a toda la feligresía erigir pequeños altares en los hogares, a fin de continuar allí las oraciones, además de propiciar un ámbito particular para seguir los oficios a través de las redes sociales.
Consagrar
“La Virgen Madre fue el camino más corto que eligió Jesús para llegar hasta nosotros y revelarnos su amor. También para nosotros Ella es el camino más corto para que podamos llegar a Jesús y expresarle a Él nuestro amor. Por eso, hoy hemos venido aquí como peregrinos para responder al amor de Cristo que se hizo peregrino por amor a nosotros. Y en María de Itatí, junto a la Cruz, encontramos el lugar más significativo y bello, para consagrarle nuestro centenario”, explicó el arzobispo de Corrientes, Andrés Stanovnik, al comentar sobre el acto de consagragación simultánea de Corrientes realizada ayer.
“Es por ello que ante la Cruz de los Milagros se realizará este acto de consagración y súplica a María, la mediadora llena de gracia que acerca a los fieles a su Hijo, quien es ‘Camino, Verdad y Vid’”, había agregado además el pastor de Corrientes.
Una tradición hecha luminarias en la ciudad
La devoción a la Cruz de los Milagros está ligado a los relatos históricos de los orígenes de la ciudad, tanto es así que el Mes de Corrientes transcurre desde su fundación (3 de abril) hasta la fiesta de la Cruz de los Milagros que se celebró ayer.
De acuerdo a dichas narraciones, cuando los españoles fundaron San Juan de Vera de las Siete Corrientes, decidieron erigir una cruz como símbolo de la fe cristiana. “Cuando los naturales de la tierra procuraron incinerarla, para deshacerse del poder que protegía a los españoles, a quienes querían desalojar, el milagro de la incombustión de la Cruz permitió la paz y la fundación de nuestra ciudad”, detalló el párroco Ramón Billordo en la invitación emitida para la celebración.
Entre los rituales para conmemorar el día de la Cruz, se encuentran las tradicionales luminarias, las cuales forman parte de una práctica religiosa marcada por una fe ancestral. Las familias más antiguas de los barrios cercanos a la Iglesia de la Cruz: Cambá Cuá, Centro y La Cruz tratan de mantener viva la tradición de prender las luminarias, costumbre que en la actualidad ya trascendió esa zona y se encienden en distintos puntos de la ciudad.
Hay quienes dicen que prender las velas en las puertas y ventanas de los hogares significa marcar el camino de los peregrinos que cada 3 de mayo iban en procesión hasta la cruz fundacional.
Las velas encendidas recuerdan a Cristo, y los días en que no existía la luz eléctrica la gente encendía velas por donde iba a pasar la procesión. Algunos encienden siete velas por la cantidad de puntas que tiene la ciudad, otros tres, por la Santísima Trinidad o por la fecha de la fundación de la ciudad.
Tal como el cantautor chamamecero e historiador, Gonzalo del Corazón de Jesús Roch -conocido como Pocho Roch-, comentó en numerosas oportunidadades, “las velas y faroles arden porque significan la adherencia a los festejos de la fundación de Corrientes”. A lo que agregaba, “En tiempos en los que no existía la luz eléctrica, la oscuridad total reinaba en la noche; las luces, en ese contexto, eran el elemento que daba fe de la presencia del festejo en cada hogar”.
El milagro de la Cruz
El adelantado Juan Torres de Vera y Aragón exploró la región llamada “de las siete corrientes”, con intención de poblar la comarca. El 3 de abril de 1588 fundó la ciudad de Vera, actual ciudad de Corrientes, en la barranca inmediata del río Paraná. Cerca del fuerte levantó una cruz de madera, como expresión de la fe que inspiraba sus propósitos. El paraje fue atacado e incendiado por aborígenes, quedando a salvo del siniestro la cruz, luego llamada “del Milagro”.
En el año 1730 la cruz fue trasladada desde la precaria ermita que la resguardaba a la primera iglesia, construida en 1720, que se llamó “Santuario de la Cruz del Milagro”.
La Columna Conmemorativa de la Fundación de la ciudad de Corrientes fue levantada en 1828, bajo el gobierno del general Pedro Ferré, en el mismo lugar donde se había instalado en 1588 la cruz del Milagro. La columna fue transportada en 1970 a su actual emplazamiento, debido a que la cabecera del puente General Belgrano coincidía con el lugar histórico. El área donde se encuentra actualmente emplazada la columna marca el acceso a la ciudad.