La localidad de Santa Rosa es uno de los polos forestales de la provincia y la actividad es motor económico de una vasta zona en la que actualmente funciona uno de los parques industriales más importantes de la región en esa actividad.
Pese a ello, en el casco urbano santarroseño aún se mantienen en actividad varios aserraderos, siendo estos apuntados por los diversos inconvenientes que generan en algunas zonas pobladas. Uno de los reclamos constantes es el peligro de incendios ante la presencia de material altamente combustible, pero además se plantean cuestiones como la impureza del aire en cercanías a los establecimientos madereros debido a la emisión de aserrín.
El último domingo, uno de los barrios de Santa Rosa vivió momentos de tensión luego de que en horas de la tarde se desató un incendio de magnitud en uno de los aserraderos que sigue operando en el casco urbano. La zona afectada fue el barrio Las Tomas, donde bomberos voluntarios de la localidad, con apoyo de otros distritos cercanos debieron trabajar hasta pasada la madrugada del lunes para intentar sofocar las llamas y evitar que el fuego llegue a las viviendas del área.
Según relató Arnold Servín, jefe de Bomberos de Santa Rosa, “el foco comenzó en uno de los aserraderos linderos al barrio, apenas pasadas las 19, y es un frente más dentro de una cadena de incendios que comenzó el 8 de enero. Esto tiene que ver estrictamente con el mal manejo de los desechos de madera y aserrín acumulados”.
El titular del cuartel santarroseño reconoció que el trabajo de los cuarteles ante este tipo de focos tiene que ver principalmente con “proteger” las viviendas cercanas. “La madera es difícil combatir, el viento fuerte dirigió la chispa a la leña, que tomó fuerza y se prendió”, contó.
La ardua labor de los cuarteles afectados al combate de este incendio, de Santa Rosa y Tatacuá, permitió que las casas no fueron afectadas y se pudo contener el fuego, quedando como saldo solo daños materiales.
Reacios al parque
Servín explicó que las causas del incendio del último domingo fueron “las mismas que en otras oportunidades”.
“Es una lucha interna de mucho tiempo por el aserrín acumulado en los campos y aserraderos, pero escapa a nuestro conocimiento el porqué se acumula tanto desecho”, dijo.
Coincidentemente con el jefe de Bomberos de Santa Rosa, el empresario maderero de esa localidad Ramón Sotelo explicó que “cuando se prende fuego el aserrín es imposible apagarlo, es un riesgo muy grande porque es una bomba de tiempo que se puede prender en cualquier momento”.
Sotelo aclaró además que el incendio del último domingo se dio con aserraderos que están fuera del parque industrial. “Esos aserraderos están en el radio urbano de la ciudad, acá está prohibido la quema y aun así están algunos que no toman conciencia y terminamos en estas cosas. En el parque industrial se habilitarán 38 hectáreas más y es la oportunidad para que se puedan instalar la mayoría de los aserraderos que quedaron dentro del casco urbano”.