Miles de peregrinos ya se agolpan en los alrededores del santuario del Gaucho Gil a la vera de la ruta 123 a escasos kilómetros de Mercedes para pagar promesas y agradecer favores al cumplirse este 8 de enero 142 años de la fecha que la historia popular fija como el día de la muerte de Antonio Plutarco Mamerto Gil Núñez, aquel gaucho nacido en el Pay Ubre correntino, para algunos, un cuatrero, un gaucho alzado, un fugitivo culpable de todos los delitos sin resolver, para otros un “Robin Hood” criollo, gaucho justiciero, vengador de paisanos, y para cientos de miles un santo popular y milagrero no reconocido oficialmente por la Iglesia Católica pero igualmente generador de impresionantes muestras de fe.
Para este miércoles, día central de la recordación, se estiman que habrá en el lugar unas 300 mil personas y que ya habrán pasado unas 500 mil pagando con un baile o un chamamé en el lugar los favores recibidos, otros colocando una placa en las paredes del santuario o encendiendo una vela roja o simplemente tocando su imagen y rezando como al pasar agradecer y renovar favores.
Grupos de devotos llegados desde los más remotos lugares de la Argentina acampaban ya en la zona a la vera de la ruta 123 o en los improvisados camping sin infraestructura alguna que se levantan a su costado.
No hay distinción de ricos y pobres alrededor del santuario que de lejos se distingue por las banderas rojas que flamean. Algunos llegan a pie, otros en bicicleta o a caballo, muchos lo hacen en destartalados vehículos y también en lujosos autos o camionetas y ni que hablar de las largas caravanas de micros de excursiones organizadas con mucho antelación para ir a cumplir con las promesas.
El denominador común es la devoción de miles de argentinos, la fe que los hermana en el lugar; así será hasta varios días después del 8, cuando los peregrinos comiencen a retornar a sus vidas cotidianas, pero con renovadas esperanzas y la idea fija de volver dentro de 365 días.