El presidente electo, Alberto Fernández, anunció este martes que desistirá de los 11.000 millones de dólares restantes del crédito por 57.000 millones otorgado el año pasado a la Argentina por el Fondo Monetario Internacional (FMI).
“Yo lo que quiero es dejar de pedir y que me dejen pagar”, dijo Fernández, que el 10 de diciembre relevará al presidente Mauricio Macri. “Tengo un problemón ¿y voy a pedir 11 mil millones más?”, dijo a Radio Con Vos.
Fernández, quien conducirá el gobierno con la exmandataria Cristina Kirchner como vicepresidenta, dijo que intentará “reactivar la economía para poder pagar y resolver el problema de la deuda con sensatez”.
“Queremos que no nos presten más plata, pero que dejen que nos desarrollemos. Discutamos el tiempo que necesito para poder desarrollarme, pero no me den más plata”, precisó Fernández.
La línea de crédito obtenida por Argentina es la mayor que ha otorgado por el FMI.
La economía argentina arrastra 20 meses de recesión y Macri tuvo que anunciar a mitad de año una renegociación de títulos de la deuda colocados en el mercado local. Según el FMI, la actividad económica caerá 3,1 % este año.
“Es como un tipo que tomó mucho y está un poco borracho. La solución no es seguir tomando. La solución es dejar de tomar”, ilustró.
La deuda creció unos 100.000 millones de dólares en el gobierno macrista y supera ahora el 90% del producto interno bruto, según organismos internacionales. Cuando asumió en 2015, el endeudamiento era de un 38% del PIB.
“Yo intento ser una persona seria”, dijo Fernández. “No quiero firmar acuerdos que no vamos a cumplir. Esos acuerdos ya los firmó Macri. Firmó uno, dos, tres, y no cumplió ninguno”, añadió.
El FMI suspendió en septiembre un desembolso por unos 5.400 millones de dólares. El dinero quedó así pendiente, a raíz de no cumplir el gobierno metas de inflación, entre otras.
Con esta política, Fernández sigue los pasos del expresidente Néstor Kirchner (2003-2007), de quien fue jefe de Gabinete. Kirchner decía que “los muertos no pagan deudas” y refinanció con fuerte quita de capital un 76% de la deuda que estaba en default desde la gran crisis de 2001.
Con la intención de que el FMI no intervenga más con sus recomendaciones en las políticas del país, Néstor Kirchner canceló la totalidad de la deuda con la entidad en 2006 al abonar 9.500 millones de dólares.
Fernández no podrá hacer lo mismo por el gran volumen acumulado de los fuertes desembolsos al gobierno de Macri, de más de 45.000 millones de dólares.
Fernández dijo que Argentina honrará su deuda con el FMI y acreedores privados. Pero en conversación con la directora gerente, Kristalina Georgieva, dijo que no podrá pagar si el país no crece, ni aplicará más planes de austeridad.
“No podemos hacer más ajustes fiscales porque la situación es de una complejidad enorme, el nivel de ajustes en la era de Macri ha sido tremendo”, había señalado en su conversación telefónica.